El conflicto que disputan Argentina y Uruguay por las papeleras tendrá hoy un nuevo round en Brasilia, en la Reunión del Consejo del Mercado Común. Fuentes del gobierno uruguayo anticiparon que el canciller Reinaldo Gargano planteará una queja por los cortes de ruta durante la reunión de los ministros de Relaciones Exteriores; al mismo tiempo, su par Jorge Taiana va a reclamar por los aranceles que el presidente Tabaré Vázquez fijó por decreto a los productos de provincias argentinas con promoción industrial.

Gargano hará su reproche en la reunión de cancilleres, en la que expondrá la posición uruguaya contra las protestas de Gualeguaychú y Colón. Los bloqueos, insistió ayer el funcionario, son “violatorios del Tratado de Asunción en su artículo primero porque impiden la libre circulación de bienes, personas y factores productivos”. La Argentina se opondrá a que el tema se incluya en la agenda, como ya lo hizo en anteriores oportunidades. En el Mercosur, las decisiones se toman por consenso.

El punto de queja argentino es un decreto de Tabaré Vázquez emitido el 27 de noviembre, en coincidencia con un nuevo pico del conflicto por la instalación de Botnia.

El subsecretario de Integración Económica de la Cancillería, Eduardo Sigal, calificó como “un retroceso muy fuerte” para el Mercosur la determinación de aumentar las restricciones a mercaderías argentinas. Consultado sobre si la medida pudo haberse tomado como represalia por los bloqueos de los puentes de Gualeguaychú y Colón, el funcionario respondió que Uruguay “no lo ha fundamentado así, pero cuando uno mira estas cosas dice ‘sos más dos son cuatro’”.

“Resulta que a los productos que vienen de cuatro provincias promocionadas, San Juan, San Luis, La Rioja y Catamarca, y a los que producen empresas que tienen fábricas en esas provincias, se les está imponiendo un arancel similar al que se aplica a los productos que vienen de países” extra Mercosur, señaló el funcionario, quien contó que en las delegaciones argentina y uruguaya que participan de las reuniones en Brasilia, “hay una situación de tensión”.

Además de la crisis originada entre Buenos Aires y Argentina por la instalación de Botnia, el bloque enfrenta el malestar de sus integrantes de menor peso económico –Uruguay y Paraguay– por los escasos beneficios que están obteniendo del Mercosur.

El decreto uruguayo fija un arancel ad valorem (un porcentual) a los productos que el Uruguay importe de provincias argentinas con regímenes de promoción industrial o a las mercaderías que usen como insumos productos que en la Argentina estén sujetos a retenciones. El arancel implicará un encarecimiento aproximado del 18 por ciento, evaluaban en el Gobierno, ya que el decreto habla de un arancel similar a la tasa global arancelaria.

No se trata de una práctica nueva, pero sí del endurecimiento de una política: “Hasta ahora, Uruguay tenía un sistema de derechos específicos, con un listado” de los productos que debían pagar impuesto, explicó un funcionario ante la consulta de Página/12. “Ahora, en lugar de un listado hay condiciones generales”, por lo que su aplicación se extenderá.

Taiana llegó ayer a Brasilia junto a la ministra de Economía, Felisa Miceli, y un grupo de funcionarios del gobierno argentino, para participar de las actividades vinculadas con la reunión de cancilleres y ministros preparatoria de la reunión de presidentes del Mercosur, que se desarrollará el 18 y 19 de enero.

El canciller participará esta tarde con Miceli en la reunión del Consejo del Mercado Común, en la que denunciará la aplicación de aranceles como violatorios del Tratado de Asunción. Taiana planteará además la necesidad de “preservar” la imagen del Mercosur, que “ha sido deteriorada”, sostendrá el ministro, por las declaraciones de algunos de los países integrantes del bloque.

“Los trapos sucios se lavan en casa”, sostuvo en relación con este punto el secretario de Relaciones Económicas Internacionales de la Cancillería, Alfredo Charadía, quien afirmó que “dentro del Mercosur está el ámbito para discutir cada tema que sea necesario, antes de darlo a conocer a la opinión pública”.

En su artículo primero, el Tratado de Asunción garantiza “la libre circulación de bienes, servicios y factores productivos entre los países, a través, entre otros, de la eliminación de los derechos aduaneros y restricciones no arancelarias a la circulación de mercaderías y de cualquier otra medida equivalente”.