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Los ambientalistas entrerrianos juegan una fuerte apuesta porteña

Un acto en Buquebús en el que no descartan tirar huevos para recrear el olor a podrido que saldrá de la pastera Botnia y el corte simultáneo de los puentes en Gualeguaychú, Colón y Concordia serán la muestra del crescendo del conflicto por la contaminación del río Uruguay.

En un día clave en lo que va del conflicto por la instalación de la pastera Botnia, los asambleístas distribuyen sus piezas en el tablero. Por la mañana jaquearán la terminal de Buquebús con la ayuda de sus aliados porteños; horas más tarde, enviarán un centenar de personas a Colón para asegurar un bloqueo permanente durante el recambio turístico, mientras ruegan que en Concordia el corte sea pacífico, a pesar del enroque del intendente local y del gobernador de Entre Ríos por asegurar el libre tránsito, en el último paso terrestre al cada vez más lejano Oriente. “Es la hora de convocar a toda la gente de Gualeguaychú y del país para que pelee”, alertó el asambleísta Jorge Fritzler.

Anoche, mientras distintas asambleas barriales, ONG y partidos de izquierda invitaban a concentrarse a las 10.30 frente al Luna Park para movilizarse hacia la terminal portuaria, un centenar de efectivos de la Prefectura y de la Policía Federal se instalaron en Puerto Madero para reforzar, según señalaron en el Ministerio del Interior, el “habitual” operativo de seguridad que se despliega ante una manifestación. Pese a las supuestas amenazas de bombas y de huevazos, en Buquebús aseguran que el acto será pacífico ya que no hay antecedentes para pensar lo contrario. Según adelantó Fritzler, la protesta que incluirá una volanteada podría devenir en un bloqueo “natural” debido a la gran cantidad de personas manifestando. Todo dependerá de la convocatoria de las asambleas, que “si hace falta pondrán los huevos necesarios”, bromeó Fritzler, quien no descartó que los porteños intenten emular el olor a vómito de bebé, como padecen los habitantes de Libertador General San Martín en Jujuy, donde funciona la pastera del ingenio Ledesma.

Cortes floridos

“Cualquier persona sensata en el mundo es ambientalista”, sentenció ayer el presidente de Buquebús, Juan Carlos López Lema, quien no ahorró elogios para los “muy correctos y muy moderados” asambleístas, aunque se quejó de su “manera de protestar” en contra de la instalación de la pastera Botnia. Luego de una semana llena de rumores sobre posibles acciones sorpresivas, el empresario sostuvo que tanto los directivos de la compañía como los empleados están “muy tranquilos” frente a la protesta prevista para hoy porque entienden que será “simbólica” y no constituirá “una interrupción o una agresión”.

El acto encabezado por una comisión enviada desde Gualeguaychú contará con el respaldo del Polo Obrero, el MST, la FUBA, un sector de la CTA, la Asociación Gremial Docente Universitaria y las asambleas barriales de San Telmo, Vicente López y González Catán. En el palco sólo hablarán los asambleístas, que durante esta semana visitaron la terminal para conocer su funcionamiento. A la custodia de la Policía Federal en el microcentro porteño y su correlato de la Prefectura Naval en el Puerto porteño se sumará la de las propias organizaciones piqueteras, que temen que la presencia de algún infiltrado termine alimentando las advertencias de algunos asambleístas entrerrianos, que insisten en que el reclamo tiene que ser “a cara descubierta y sin palos”.

Por las dudas, el Gobierno adelantó que habrá una entrada y una salida especial para los pasajeros, que se mantendrá en secreto hasta último momento. Según estiman en Buquebús, este fin de semana circularán 40 mil personas por la terminal porteña, en pleno recambio de turistas. De prosperar la iniciativa de los empleados de la empresa, algunos se llevarán una flor en apoyo al reclamo de los ambientalistas entrerrianos, a quienes López Lema recomendó como metodología a utilizar como alternativa a los cortes de ruta. “Hay que sumar voluntades y no restarlas, como ocurre cuando se lesionan los derechos de muchas personas, incluso de trabajadores y de gente que va a disfrutar sus merecidas vacaciones”, reflexionó el directivo de Buquebús, siguiendo el guión de los activistas de Greenpeace, que opinan que este bloqueo jugaría encontra de la simpatía lograda por los asambleístas en la Capital Federal.

Cortes sin fronteras

“Han cobrado más importancia nuestras acciones, que lo que está sucediendo con Botnia. Es como esos casos donde se sospecha de la personas violadas, antes que del violador”, reflexionó Carlos Serrati, un asambleísta de Colón. El corte simultáneo de los tres puentes, planeado para hoy a las 18, mantuvo en vilo a al gobernador entrerriano Jorge Busti, que desmentió su idea de hacer una contramarcha para evirtarlos. Sus esfuerzos, al igual que los del intendente Juan Carlos Cresto, apuntaban a impedir el bloqueo en Concordia, donde el tipo de cambio con Uruguay beneficia a algunos sectores de una población signada por la pobreza y la desocupación. Allí, según remarcó el asambleísta Alfredo De Angelis, encargado de coordinar las acciones entre las tres ciudades, “hay gente de la zona, de la Federación Agraria, el Polo Obrero y otros gremios que aseguran el corte, aunque Busti y Cresto se crean dueños de Concordia”.

“No vamos a reprimir a nadie, a ningún entrerriano que se manifieste por una causa justa, y que es de todos, como lo dice sinceramente el presidente Kirchner”, afirmó ayer Busti. Como los asambleístas de Gualeguaychú no le creen, advirtieron que tienen las filmaciones del apriete que recibieron los ambientalistas de Concordia por parte de militantes del PJ local la última vez que intentaron cortar el puente que une esa ciudad con Salto. “No creo que Busti se anime a reprimir, igual mandamos (a Concordia) gente de peso, que no tiene miedo de poner el pecho”, desafió el asambleísta José Pouler.

Ayer los ambientalistas de Gualeguaychú, que hoy a las 20 harán un acto en el puente internacional General San Martín, informaron del envío de 200 personas al corte de Colón, donde se está por definir si los bloqueos intermitentes se transformarán en permanentes. Allí, reconocieron los asambleístas, es más estrátegico hacer algo duradero porque obligaría a todo quien intente cruzar al Uruguay a usar el paso de Concordia, una ciudad en la que todavía la adhesión al reclamo es tibia, aunque ya se desbordaron todos los transportes disponibles para ir al corte.

Informe: Emilio Ruchansky.

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La obra de Botnia avanza, ajena a la evolución del conflicto entre Argentina y Uruguay.
Imagen: Gustavo Mujica
 
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