De pronto en el despacho del tercer piso de Comodoro Py 2002 quienes escuchaban la declaración del secretario de Derechos Humanos de la Nación, Eduardo Luis Duhalde, se transportaron en el tiempo. Este funcionario, que no fue citado en esa condición sino como testigo en la causa sobre los crímenes de la Triple A, recordó los días en que fue perseguido junto a otros compañeros de militancia justicialista por la organización cuyo accionar delictivo vuelve a ser objeto de investigación, muy a pesar de quienes pensaron que la historia no es materia judiciable. Duhalde se negó a dar detalles de su testimonio por entender que no le corresponde hacer referencia al acto procesal que protagonizó. Sin embargo, trascendió que el secretario de Estado describió que en 1974, en una reunión de Gabinete de la que participó la entonces presidenta, fueron proyectadas las imágenes de futuras víctimas de la Triple A.

La expectativa estaba centrada en la noticia sobre una nueva orden de detención contra Isabelita, y cuando a las 11 Duhalde llegó a los tribunales federales de Retiro ya había guardia periodística. Una hora y media duró el trámite, que en realidad ya se había producido varias veces en el expediente antes de pasar a estar archivado durante tres décadas.

Quienes vivieron aquella época sospechan que es improbable que los mentados decretos sirvan para encarcelar a la ex presidenta y cifran mayores esperanzas en la reconstrucción de esa reunión porque demuestra que la casi octogenaria mujer participó de manera directa en la selección de las víctimas.

Fue un 8 de agosto de 1974 en la residencia de Olivos que tuvo lugar el primer encuentro posterior a la muerte de Perón. Concurrieron subsecretarios y ministros, y asistió el entonces jefe de la policía Alberto Villar, además de los tres comandantes en jefe de las Fuerzas Armadas Jorge Videla, Eduardo Massera y Héctor Fautario. En ese encuentro José López Rega usó un puntero, diapositivas y una voz en off para marcar “personajes que pueden desestabilizar el orden de la Nación”, según el recuerdo de Bernardo Alberte, hijo. La primera imagen que apareció fue la de Julio Troxler, la segunda fue la del teniente coronel retirado Bernardo Alberte, y la tercera correspondió al doctor Rubén Sosa. Mientras destacaban la “peligrosidad” de cada uno fueron apareciendo Silvio Frondizi y otros desaparecidos y asesinados. Alberte hijo presenció esta descripción cuando el entonces ministro de Educación Jorge Taiana (padre) fue a ver a su papá, que tenía una tintorería en Juncal 848. Taiana, nervioso, le contó todo esto para advertirle que lo iban a matar y para que le avisaran a Troxler. Este relato coincide con el de Duhalde.

El ahora funcionario kirchnerista no sólo compartió el estudio jurídico y la defensa de los presos políticos con Rodolfo Ortega Peña, sino también la publicación Militancia Peronista para la Liberación, desde la cual revelaron el funcionamiento de la organización de López Rega, sus crímenes y el financiamiento y cobertura que obtenía del Ministerio de Bienestar Social. Además, Duhalde le tomó declaración en la Comisión Argentina de Derechos Humanos de Madrid al ex policía Rodolfo Peregrino Fernández, un “arrepentido” que en 1983 describió con detalle la estructura de la Alianza Anticomunista Argentina, más conocida como Triple A. Y también puede dar fe del atentado que sufrió, el 13 de julio de 1974, su entonces socio Ortega Peña, otra de las víctimas de la organización ultraderechista, “peronista visceral y gramsciano convencido”, como lo definió su ex socio y amigo. Ayer repasó estas vivencias una vez más ante la Justicia.