Viernes, 26 de enero de 2007 | Hoy
EL PAíS › PROTESTA AMBIENTAL FRENTE A LA EMBAJADA DE FINLANDIA
Hubo asambleístas porteños y entrerrianos.Finlandia aseguró que impulsa el diálogo pero que no interfiere en lo privado.
Alrededor de 150 personas, entre asambleístas porteños y militantes de partidos de izquierda, se solidarizaron nuevamente con los vecinos de Gualeguaychú, montando dos piletas de lona “pelopincho” en las cercanías de la Embajada de Finlandia, una con agua limpia y otra con agua sucia, en alusión a la contaminación que sufrirá el río Uruguay de instalarse la pastera de Botnia. Desde Helsinki se desmarcaron aduciendo que allá “no se acepta que el Estado interfiera en un proyecto de una empresa privada”. Ayer, en la Capital aparecieron nuevos carteles que exigen la ruptura diplomática con el país escandinavo.
La protesta, organizada por las Asambleas del Pueblo –que agrupa a asambleas barriales como las de San Telmo, Montserrat y Lezama– y apoyada por el Polo Obrero y el MST, se inició poco antes del mediodía sobre la avenida Santa Fe, a la altura de Suipacha. Horas antes, llegaron hasta allí dos fletes que traían las piletas desarmadas y dos tanques con 200 litros de agua.
También se dio una vuelta por allí “la Parca”, encarnada por dos jóvenes actores de un grupo teatral de San Telmo. Ellos fueron los encargados de custodiar, según la receta del asambleísta porteño Rubén Saboulard, “el agua maloliente, con manchas de aceite y peces muertos”. Al lado, relucía su antítesis: una niña con la camiseta de la Selección Argentina (la 10 de Carlitos Tevez para más señas) y otra con casaca uruguaya jugaban con ranitas y peces de plástico en la pileta de lona. Alrededor, los asambleístas colocaron plantas frutales, tarros de miel, pan casero, naranjas y salames. “Todos productos que trajimos de Gualeguaychú”, comentó Saboulard, quien se encargó personalmente de hundir la bandera de Finlandia en el agua sucia.
Al igual que el 12 de enero pasado en Buquebús, el operativo de seguridad alejó a los asambleístas de su objetivo. Además de los 50 metros de vallado, una veintena de policías con cascos, escudos, chalecos y canilleras aguardaban cual arquero de hockey sobre césped. Por eso, los manifestantes tuvieron que montar su protesta a varios metros de Santa Fe 846, ocupando tres de los cuatro carriles de la avenida. La lluvia retrasó a los asambleístas de Gualeguaychú que apoyaron la iniciativa porteña. “Por suerte, Buenos Aires tomó la posta de Gualeguaychú, el tema se está nacionalizando”, reflexionó en diálogo con Página/12, el asambleísta Daniel Pérez Molemberg, satisfecho por la presencia de “medios finlandeses, la BBC de Londres y Telesur”.
El ambientalista, que llegó junto a unos diez vecinos de Gualeguaychú, acusó al gobierno de Finlandia de participar en el proyecto de Botnia: “La ministra de Comercio Exterior (Paula Lehtomaki) admitió el 26 de abril del año pasado que su país es socio de Kemira, una fábrica de insumos químicos para la planta”. Estas críticas de Molemberg apuntaron al comunicado del gobierno de Finlandia, que dijo no aceptar “que el Estado interfiera en un proyecto de una empresa privada que cumple con los requerimientos y estándares del país que recibe la inversión”.
El texto, de tono diplomático, sostiene también que las autoridades finlandesas aconsejaron a Botnia “continuar distribuyendo toda la información necesaria” sobre “el impacto medio ambiental”. En otro de sus nueve párrafos, el comunicado afirma que “por varios años consecutivos” Finlandia lidera en el mundo el cuidado del medio ambiente y, al mismo tiempo, “tiene 19 plantas de celulosa al lado de ríos, lagos y del mar”. Además, aclararon que la embajada finlandesa en Buenos Aires “siempre ha recibido una delegación de los manifestantes cuando se lo han pedido”.
Informe: Emilio Ruchansky.
“Lamentablemente, Uruguay se presentó ante la Corte para llover sobre mojado, y el tiro le salió por la culata”, comentó ayer, uno de los juristas que defendieron a Uruguay en La Haya, Edison González Lapeire. El juez que objetó ayer la presentación de su país por los cortes de ruta había integrado el equipo de juristas uruguayos que negoció los tratados de los ríos con Argentina. “Después, yo disentí con respecto a esta medida cautelar (por los cortes), entendí que la decisión de la Corte iba a ser desfavorable”, explicó González Lapeire, quien elogió a Kirchner por abrir “las puertas al diálogo”.
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