Viernes, 2 de marzo de 2007 | Hoy
EL PAíS › MANOLO QUINDIMIL BUSCA SU OCTAVO MANDATO EN LANUS
Por Miguel Jorquera
Más cerca de un record Guinness que del bronce, Manuel Quindimil anunció que irá por su octavo mandato consecutivo como intendente de Lanús. El octogenario Manolo –como se acostumbraron a llamarlo acólitos y detractores– no dudó en comparar su decisión con la que asumió Juan Domingo Perón en 1974, que “estuvo 18 años en el exilio y a sus 80 años volvió al país para ser candidato”. Apenas una semana atrás, el jefe comunal había amenazado con renunciar ante el reclamo de un grupo de vecinos frente a la intendencia. Ahora, Quindimil, un peronista ortodoxo que sobrevivió a todos los sismos y cismas del justicialismo, aspira a conservar el sillón de intendente hasta el 2011, cuando cumpla 87 años.
Ferviente defensor del más ortodoxo estilo de conducción del pejotismo bonaerense, Quindimil no ha nombrado herederos políticos ni dejado que nadie crezca bajo su sombra. Mucho menos cederles espacios a opositores. Por eso, desde el palco y en el acto que compartió el miércoles con Daniel Scioli en Lanús, lanzó su nueva candidatura en el municipio que gobierna desde 1973 y que sólo interrumpió la dictadura.
Es que en la misma tarima y del otro lado del vicepresidente y candidato a gobernador bonaerense, ubicaron a quien aspira a sucederlo: el diputado provincial Darío Díaz Pérez, que cuenta con el padrinazgo del senador José Pampuro y del Frente Transversal de Edgardo Depetris. Manolo no acepta competencia. “Yo tengo 83 años, y viendo cómo está la situación de la patria, que se puso en marcha, que el pueblo me está llamando y viene a la provincia un hombre que conozco de chiquito y que garantiza honestidad y transparencia, adelanto que me quedaría”, dijo Manolo.
Cinco días atrás, Quindimil gritó que “estaba cansado” y que iba a renunciar. Fue cuando los vecinos de un asentamiento golpearon frente a la intendencia para reclamar contra la instalación de una curtiembre. Una amenaza repetida en la que ya pocos creen en el ambiente político de Lanús.
El propio Felipe Solá, que también participó del acto con Scioli, lo calificó como “una leyenda”. Y eso, a pesar de que Quindimil fue uno de los que lo enfrentó cuando el gobernador decidió la embestida contra el duhaldismo por el control político de la provincia.
Un “patriarca” para los incondicionales y “un viejo dirigente, algo senil” para sus opositores, Quindimil, a los 83 años, aún maneja con mano férrea el municipio al que entró como empleado en 1948, que lo consagró intendente en 1973 y que gobierna ininterrumpidamente desde el regreso a la democracia. Tras 27 años de mandato, sus detractores afirman que la comuna avanza al mismo paso cansino que Quindimil. “Lanús está como hace 50 años. Sólo el 27 por ciento de la población tiene cloacas, el municipio no está informatizado. Como un adelanto fantástico, el año pasado, incorporaron las líneas rotativas”, dijo a Página/12 uno de los kirchneristas que trabaja en el armado de una alternativa opositora.
Sus acólitos confían en la infalibilidad electoral de Manolo. La historia les da la razón: “nunca nadie le ganó una elección”, insisten.
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