Salvo que saque un conejo de la galera o que llegue a un improbable acuerdo con el ARI cuya moneda de cambio sea la vicejefatura de gobierno, Jorge Telerman seguirá el mismo camino que Mauricio Macri con Gabriela Michetti y completará su fórmula con alguien de su absoluta confianza: la ministra de Derechos Humanos y Sociales, Gabriela Cerruti. El jefe de gobierno tiene previsto lanzar a pleno su campaña después de Semana Santa y recién entonces hará el anuncio. Hasta ese momento, trabajará en el armado de su oferta legislativa y afinará su estrategia política y comunicacional.

El frente con el que Telerman se presentará a las elecciones del próximo 3 de junio reúne diversas expresiones de la política porteña. Detrás de su candidatura se encolumnan los socialistas, el centroizquierda que aglutina Raúl Fernández en su partido Encuentro Progresista, las organizaciones sociales alineadas con Cerruti en el espacio Nuevos Aires y los peronistas que siguen a Sergio Beros y Enrique Rodríguez en la Corriente Porteña, así como también los que responden a Juan Pablo Schiavi y Horacio Lenz en Desafío Bicentenario.

Telerman tiene apalabrado, además, el apoyo del radicalismo –que definirá su estrategia electoral en una Convención partidaria esta misma semana– y quiere sumar también al ARI. A su favor cuenta que ese partido no tiene figuras taquilleras para ofrecer al electorado porteño y que la “sorpresa” que prometió Elisa Carrió para cubrir esa carencia no aparece. En contra le juega el antikirchnerismo sin concesiones de la chaqueña.

“Ni por convicción ni por conveniencia vamos a pronunciarnos en contra de Kirchner”, aclaran en la Jefatura de Gobierno, aunque Telerman no se resigna a convencer a la líder del ARI. El jefe de gobierno maneja el vínculo con Carrió de modo personal. En los últimos meses hubo varios diálogos entre ambos. Ella lo llamó para pedirle atención especial para un chico adicto al paco y él le habló para anticiparle que anunciaría la fecha de las elecciones. La semana pasada volvió a llamarla para decirle que no era su propósito interferir en la interna del ARI.

Hombres de la tropa de Telerman también hablan en paralelo con dirigentes que acompañan a la chaqueña. Fue así como sondearon a Enrique Olivera y a María América González, pero no tuvieron éxito: el legislador porteño ratificó su adhesión al proyecto de Carrió, quien ahora ha vuelto a alentar su postulación a jefe de gobierno, y la diputada anunció su respaldo a la candidatura de Claudio Lozano.

El tiempo que tiene Telerman para seducir a Carrió se acorta porque el 15 de abril vence el plazo para la presentación de candidatos. El jefe de gobierno les pidió a varios de sus colaboradores que le aporten nombres de posibles compañeros de fórmula y así surgió el de Florencia Polimeni, la legisladora de origen radical en la que algunos pensaron cuando quedó descartada la posibilidad de sumar en ese lugar al senador Rodolfo Terragno. Si nada de lo que le proponen lo convence y tampoco sella un acuerdo con el ARI que incluya la vicejefatura de gobierno, la acompañante de Telerman será Cerruti.

Telerman se reserva para sí la designación de su compañero y maneja por otro carril la discusión de las candidaturas a legislador. Para aplacar los tironeos propios de todo cierre de listas, advierte que quienes “busquen salvarse” en una boleta a la Legislatura tienen un objetivo diferente al suyo y agrega: “Vamos a ganar y seguiremos gobernando”. Es un modo de decir que en su gestión dará cabida a todos sus socios y comprometerlos con su campaña.

Hoy Telerman trabaja sobre la hipótesis de presentar una sola lista de candidatos a legisladores. Fernández quiere encabezar la boleta y el último jueves hizo un acto en el Gran Rex en el que mostró su poder de movilización. Allí compartió el escenario con el jefe de gobierno y no sólo acusó a Macri de ocultar “bajo un discurso simplista y aparentemente sin ideologías un modelo de exclusión e injusticia”, sino que subrayó también: “Alguno busca una salida individual. A alguno le importa más su necesidad que el destino de la ciudad. No es tiempo de reivindicarse”. Fue un dardo contra Aníbal Ibarra, con quien le piden que confronte si quiere encabezar la nómina. El destituido jefe de gobierno, de quien fue mano derecha durante años, estará en la vereda de enfrente al tope de una de las listas legislativas del candidato kirchnerista, Daniel Filmus.

El otro que pretende quedarse con el primer lugar de la lista de legisladores es Helio Rebot, quien a contramano de sus entonces compañeros de bloque K votó a favor de la destitución de Ibarra y selló así su destino. Una salida sería la presentación de dos boletas: una de peronistas con Rebot a la cabeza y otra que apunte al centroizquierda con Fernández como primer candidato. Los radicales tendrán que acomodarse donde puedan: Telerman les garantizó lugares, pero rechazó su pedido de colgar la tradicional Lista 3 de su postulación a jefe de gobierno.

Con todo el paquete de candidaturas ya cerrado, Telerman relanzará su campaña una vez que pase Semana Santa. Es posible que haga un acto, pero aún no definió dónde y cómo. “Si por él fuera, haría una cosa moderna con actos simultáneos y transmitidos en directo de un lugar a otro”, contó uno de sus íntimos. Sus colaboradores le proponen alternativas tradicionales: algunos plantean organizarlo en un lugar cerrado como el Luna Park y los que prefieren un sitio abierto hablan de hacerlo en Diagonal Norte. Las dudas al respecto son cómo garantizar la seguridad.

La publicidad de Telerman la hará la agencia Craverolanis. Alrededor del jefe de gobierno comparan a Juan Cravero y Darío Lanis con la dupla que acuñó el “Dicen que soy aburrido” de Fernando de la Rúa: “Son los Agulla y Baccetti de esta época”. Prometen piezas publicitarias “descontracturadas” y las primeras aparecerán también después de Semana Santa. Los bocetos iniciales ya llegaron a manos de Telerman y quienes los vieron adelantan que “juegan con la imagen de la cabeza del Pelado”.

En términos políticos, la campaña de Telerman hará eje en la gestión y podría enunciarse como una regla de tres simple. “Vamos a remarcar –anticipó un funcionario porteño– que si en once meses hicimos todo lo que hicimos y pusimos la ciudad nuevamente en marcha, en cuatro años y con el poder consolidado por medio del voto podemos hacer muchísimas cosas más.”