La respuesta se demoró apenas 24 horas. Un día después de que el titular de Casación, Alfredo Bisordi, dijera que el Gobierno “tiene simpatía por agrupaciones del pasado”, el propio Néstor Kirchner salió a contestar desde el atril de la Casa Rosada. “Confío en la memoria del pueblo argentino. Espero que cuando llegue el 28 de octubre, se llenen las urnas de buena memoria”, dijo ayer en un acto que encabezó junto al intendente de La Plata, Julio Alak. “Nosotros no sacamos las leyes de obediencia debida ni de punto final. No somos los que tratamos de consolidar ni Cortes ni Justicias adictas, pero no pidan que nos callemos la boca cuando la Justicia se retarda”, afirmó el Presidente. Tras la acusación pública de que Casación estaba demorando el avance de los juicios a los represores, en la agenda se instaló un debate sobre la injerencia del Ejecutivo sobre el Poder Judicial. “Esto no es intromisión”, dijo Kirchner.

“Nosotros somos fervorosos defensores de la independencia de los poderes, pero nadie nos va a prohibir poder opinar”, dijo el Presidente en la Casa de Gobierno. Así se refirió a la polémica abierta tras la acusación que hizo Kirchner durante el acto en el ex centro clandestino de La Perla, en Córdoba, el 24 de marzo. Allí acusó a la Cámara de Casación de demorar las causas abiertas contra los represores de la dictadura. “No fue durante esta gestión que se consolidaron tribunales adictos”, dijo Kirchner desde el Salón Sur de la Rosada. Luego cargó contra los sectores que lo acusan de violar la independencia de poderes, aunque sin nombrarlos: “Dicen que sintetizan el cambio pero son parte del pasado, son la cara patentizada del pasado, que la gente ve y tiembla”.

Además de Kirchner, también salieron a defender al Gobierno varios ministros y legisladores del oficialismo. Todos se metieron de lleno en la polémica sobre la Cámara de Casación. Desde Madrid habló el jefe de Gabinete, Alberto Fernández. “No existen presiones en lo más mínimo. Presión supone un espacio de oscuridad donde a alguien se lo fuerza a hacer algo que no quiere. Que en una tribuna el Presidente pida que los jueces dicten sentencia, de presión tiene poco y nada”, dijo.

También el ministro del Interior, Aníbal Fernández, cargó duro contra Bisordi. “Se metió en una discusión política cuando dice que, en cuarenta años en la Justicia, nunca vio una actitud de estas características. Lo pone a nuestro Presidente, elegido por la voluntad popular y con un reconocimiento del 70 por ciento, por debajo de asesinos como Onganía, Videla, Bignone, Viola”, cuestionó.

La cruzada del oficialismo se completó con declaraciones de los diputados Carlos Kunkel, Agustín Rossi y Patricia Vaca Narvaja. “Un juez está inhibido de hacer declaraciones políticas, por lo que esto entrará dentro de la evaluación de su conducta que tendrá que hacer el Consejo de la Magistratura”, anticipó Kunkel. El diputado integra ese organismo.