Finalmente, el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, dio su primer informe del año en la Cámara de Diputados solo ante el bloque oficialista. La oposición se retiró antes de que ingresara al recinto, en disconformidad con la metodología que se utilizaría en la sesión, sin permitir las repreguntas. Sin interrupciones, entonces, Fernández habló del temario planteado por los bloques opositores que incluía el caso Skanska, el del pago al grupo Greco y los cambios en el Indec.

El inicio de la sesión estaba previsto para las 10.30 y era de imaginar un retraso hasta al mediodía. Pero las interminables discusiones acerca de cómo se desarrollaría la presentación derivó en una demora de cinco horas. La oposición reclamó la necesidad de modificar el reglamento del cuerpo para permitir las preguntas y las repreguntas al jefe de Gabinete. Lo que buscaban evitar era que Fernández monologara sobre cada tema y no respondiera los cuestionamientos puntuales que querían plantearle los legisladores opositores.

“En la sesión informativa no se debate. No es una interpelación”, explicó el titular de la Cámara, Alberto Balestrini, para justificar su negativa a abrir el reglamento. Justamente, en los días previos los bloques opositores habían adelantado que buscarían convertir la presentación de Fernández en una “interpelación”. Balestrini sostuvo que la sesión se desarrollaría de la misma forma como viene sucediendo “desde hace 15 años”.

Cerrada esa posibilidad, las bancadas de la UCR, el PRO, el ARI, el peronismo no kirchnerista, socialismo y los bloques unipersonales dejaron el recinto. “Parece mentira que a esta altura del desarrollo democrático todavía se busquen alternativas que impidan a los funcionarios venir al Congreso en un plano democrático, como es responder las preguntas que existen en manos de quienes tienen la representación plural de la República Argentina”, se quejó el jefe del bloque radical, Fernando Chironi.

“Se había acordado que venía el jefe de Gabinete y respondía las preguntas concretas para dar respuestas claras. Ahora, si no hay respuestas claras, nosotros no nos vamos a quedar en el recinto, no vamos a participar de un simulacro de informe al Congreso”, dijo por su parte el titular de la bancada del ARI, Eduardo Macaluse.

Solo ante los oficialistas, entonces, Alberto Fernández habló durante dos horas. Estas son párrafos de sus respuestas sobre los planteos que le habían dejado los invitados:

- Indec: Dijo que la ministra de Economía, Felisa Miceli, impulsó los cambios en el organismo porque “entendió que el funcionamiento no era el mejor” y se mostró confiado en que la llegada de las nuevas autoridades y el llamado a concurso para la designación de los futuros funcionarios “despejen las dudas”.

- Caso Greco: Recordó que la orden de pagar a los empresarios mendocinos había sido dispuesta por el gobierno de Raúl Alfonsín pero que el pago no se concretó y sugirió consultar por este hecho al ex ministro de Economía y hoy candidato presidencial opositor, Roberto Lavagna. Fernández recordó que la Cámara de Diputados votó “correctamente” el proyecto que autorizaba el endeudamiento del Estado para pagarle a los jubilados, las indemnizaciones a los ex empleados de YPF y añadió que el pago al grupo Greco no estaba incluido en la ley enviada por el Poder Ejecutivo al Congreso.

- Docentes: El jefe de Gabinete lamentó la muerte del docente Carlos Fuentealba en Neuquén. Dijo que le dolía “particularmente” este hecho porque el Gobierno “nunca fue proclive a utilizar la violencia estatal”. “Quien mandó a reprimir debe cargar eso sobre su conciencia”, dijo en referencia al gobernador Jorge Sobisch. Sobre el caso de los docentes en Santa Cruz, los consideró “los mejores pagos del país”. Evaluó “inadmisible” que, para discutir los salarios, “se lleven 96 horas y 5 días consecutivos de paros dejando sin clases a los alumnos”.