Fue detenido ayer el jefe de la Brigada de Investigaciones de La Plata entre 1976 y 1977 durante la dictadura, Rubén Oscar Páez, investigado por torturas y desapariciones en el centro clandestino de detención (CCD) conocido como Pozo de Arana. El ex policía se negó a declarar y fue beneficiado con el arresto domiciliario.

El juez federal Corazza, quien lleva la causa que investiga los crímenes de lesa humanidad ocurridos en el Destacamento de Arana, había ordenado la detención del represor por su presunta participación en los homicidios, torturas y detenciones ilegales cometidas en la dependencia que estuvo a su cargo entre diciembre de 1976 y mayo de 1977. Páez se entregó en los tribunales federales de la capital bonaerense, donde se negó a prestar declaración indagatoria. Al ex jefe policial de 72 años le fue otorgado el arresto domiciliario, beneficio que es sumamente cuestionado en casos de crímenes de lesa humanidad por los organismos de derechos humanos y algunos sectores políticos.

En la misma causa, Corazza había dispuesto la semana pasada la captura de otros dos ex policías bonaerenses, Pedro Antonio Ferriole y Bernabé Jesús Corrales, jefe y subjefe de la Brigada de Investigaciones entre diciembre de 1977 y enero de 1979, un tiempo después de que Páez pasara por allí. Los dependencia a la que pertenecían los represores detenidos es reconocida como el centro de ingreso de los detenidos-desaparecidos al circuito que estaba bajo la Dirección General de Investigaciones que comandaba el comisario Miguel Etchecolatz, condenado el año pasado a reclusión perpetua por genocidio.

La Asociación de ex Detenidos Desaparecidos había presentado en 1999 en España un informe ante el juez Baltasar Garzón, quien investigaba los hechos antes de declararse nulas las leyes de Obediencia Debida y Punto Final, que contenía documentación oficial y el testimonio de 38 sobrevivientes donde se narraba la represión en los CCD Pozo de Arana y Comisaría Quinta.