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Aníbal Fernández se convirtió ayer en el primer funcionario del Gobierno que salió a desmentir públicamente la posibilidad de una postergación de los comicios. El secretario general de la Presidencia debió poner la cara para frenar el rumor que se generó en los últimos días en la misma Casa Rosada. “Eduardo Duhalde va a sostener los decretos y en eso no hay discusión entre nosotros. El que diga lo contrario no es serio”, aseguró a Página/12.
Este diario informó ayer sobre la maquinaria que puso en marcha un sector del Gobierno para modificar el cronograma electoral que tiene previsto el llamado a internas abiertas y simultáneas para el próximo 24 de noviembre y generales para el 30 de marzo.
La versión se asentó en el desgaste que están generando en el peronismo las idas y vueltas de cómo deberían ser esas internas. Carlos Menem fue la voz de la discordia al rechazar la posibilidad de que afiliados de un partido puedan votar en la interna de otro. A su entender, eso pone en riesgo sus propias chances.
Fernández señaló a este diario que Duhalde presentó los decretos con el cronograma y la modalidad electoral con margen para modificarlos siempre y cuando:
u Se presenten propuestas de correcciones consensuadas en el Congreso de la Nación.
u Si en el marco de las conversaciones con el resto de los partidos surge una posición común.
Pero el funcionario planteó que en ningún caso los eventuales futuros cambios se producirán por una marcha atrás o arrepentimiento del propio Duhalde. “Nosotros ya convocamos a elecciones”
–Pero en Gobierno especulan con una marcha atrás
–Es cierto que varios han venido preguntado de ese tema. Me llamaron algunos periodistas. Creo que la semana pasada también algo se publicó en Rosario sobre el tema. Pero los decretos no están objetados.
–Existen algunos cuestionamientos...
–Las internas están convocadas para el 24 de noviembre y las elecciones generales para el 30 de marzo. Que se cambie trae más perjuicio que otra cosa. De eso estamos seguros. No se puede joder con eso, no se puede joder a la gente.
Las versiones se sustentan con dos teorías distintas, aunque no excluyentes.
1) Las señales de mejoras económicas: hay un crecimiento de la recaudación, el dólar se mantiene estable desde hace semanas, e se imagina un pronto acuerdo con el Fondo Monetario. Duhalde necesita más tiempo para mostrarse logros en su salida y así incrementar sus aspiraciones futuras una vez fuera de la Rosada.
2) La dificultad de José Manuel de la Sota para posicionarse en la pelea interna: el gobernador cordobés y candidato de Duhalde todavía se mantiene muy por debajo en la intención de votos de Adolfo Rodríguez Saá y Carlos Menem, sus dos principales contrincantes. Por lo tanto necesita de mayor tiempo para crecer.
En Gobierno desechan ambos argumentos. El primero porque creen que Duhalde está desgastado, que una postergación de las elecciones –a no ser que sea consensuada con todos los partidos– transmitirá una sensación de “perpetuidad en el poder” que encenderá voces de protesta que hasta ahora creen contenidas.
Sobre la segunda teoría, un ministro de Duhalde sostuvo que para noviembre aún falta mucho y que tanto Rodríguez Saá y Menem van a empezar a caer en las encuestas, mientras que De la Sota crecerá gradualmente y pegará un gran salto cuando dé a conocer sus propuestas.
De paso, negó la posibilidad de que José Octavio Bordón salga a la competencia electoral motorizado por Duhalde. Esa versión la descartó elpropio Presidente delante de sus funcionarios Horacio Jaunarena y Eduardo Amadeo, y de los legisladores Eduardo Camaño y Juan Carlos Maqueda.