El presidente Néstor Kirchner comenzará su visita a México por lo más alto. Anoche llegó al DF y hoy tendrá un día a pleno con su par Felipe Calderón: arrancarán a la mañana con un encuentro en el histórico Palacio Nacional donde firmarán el Acuerdo de Asociación Estratégica entre ambos países, luego, junto a sus comitivas y unos 300 invitados, mantendrán un almuerzo en el Castillo de Chapultepec. Por la noche, Néstor y Cristina Kirchner cerrarán el capítulo gastronómico con la inevitable cena de honor que les ofrecerán Calderón y su esposa, Margarita Zavala. Con esta visita a México, el Gobierno busca darle sustento político a una relación bilateral que marcha a todo trapo en lo comercial. “Con México es ahora o nunca”, graficaba un diplomático que participó de las negociaciones previas, ansioso en la previa a las reuniones.

Kirchner y Cristina quedaron alojados en el Hotel Nikko, en la arbolada zona de Lomas de Chapultepec, cerca de la embajada argentina y de Los Pinos, la residencia del presidente. La comitiva también la componían el canciller Jorge Taiana, el ministro de Economía, Miguel Peirano, el secretario de Legal y Técnica, Carlos Zannini, el titular de la Cámara de Diputados, Alberto Balestrini, y el senador José Pampuro. Entre quienes lo esperaban estaban el embajador Jorge Yoma y el subsecretario de Política Latinoamericana, Agustín Colombo Sierra. De la parte mexicana, los recibió la secretaria de Relaciones Exteriores, Patricia Espinosa.

Del aeropuerto, la comitiva fue al hotel, donde quedaron reponiéndose del largo viaje y preparándose para la agitada jornada de hoy.

El Acuerdo de Asociación Estratégica que firmarán Kirchner y Calderón en la sede del gobierno mexicano busca facilitar la relación hasta ahora regida por acuerdos de complementación económica, de un rango menor. Los presidentes lo explicarán hoy: está previsto que den un breve mensaje posterior a la ceremonia y luego una conferencia de prensa.

El acuerdo, al que tuvo acceso Página/12, establece entre sus considerandos iniciales “los fuertes vínculos históricos, políticos, económicos, sociales, educativos y culturales que tienen ambas partes”. A partir de allí, se divide en secciones con distintas pautas. Por ejemplo, a partir de la firma del acuerdo los presidentes tendrán que reunirse con una periodicidad bianual. Será un cambio importante: hace siete años que un presidente argentino no realiza una visita oficial a México. También se crea un Consejo de Asociación que presidirán el canciller argentino y su par mexicano, para llevar el control del cumplimiento de lo acordado. El consejo tendrá tres comisiones: de asuntos políticos, de asuntos económicos, comerciales e inversiones, y de cooperación.

“Este es el momento más importante de las relaciones entre ambos países”, respondían casi al unísono Yoma y Colombo Sierra, los dos funcionarios que trabajaron el acuerdo con sus pares mexicanos. Recordaban que el año pasado el intercambio entre los países había crecido un 43 por ciento y que a partir de la reunión de hoy podía esperarse un incremento poderoso.

La agencia Notimex difundió ayer un informe sobre “la invasión silenciosa” de las firmas mexicanas en el mercado argentino en los últimos cuatro años. Según el recuento, ya hay unas 50 firmas haciendo negocios en el país en diversos rubros. Desde la embotelladora de Coca Cola, hasta los dueños del zoológico porteño, la radio Rock & Pop, la panera Bimbo y la telefónica CTI son de capitales aztecas, por nombrar algunas. El último anuncio corrió por cuenta de la cadena de Tiendas Elektra, que anticipó la apertura de 35 locales en el país comenzando por uno en Corrientes y Callao. El informe terminaba comentando, como curiosidad, que por lo general los argentinos no están al tanto del origen de estas empresas.

Pero el interés no sólo pasa por lo económico. En la definición de la Cancillería, México es “el otro gigante” del continente –el segundo PBI global pero el primero si se lo mide per cápita– y estrechar la relación significa abrir una alternativa a una acaso excesiva dependencia con Brasil en materia de política exterior. Casualmente, o tal vez no tanto, el presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva confirmó ayer su visita a México para el 6 de agosto, en el marco de una gira por Centroamérica. “Esperamos para 2010 duplicar nuestro nivel de intercambio comercial con México”, sostenían ayer en el Palacio Itamaraty, en lo que casi parecía una réplica a las declaraciones de funcionarios argentinos de los últimos días.

“Lo de México sirve para nivelar un poco”, explicaba anoche un funcionario de la comitiva oficial, mostrando la otra ventaja que podría arrojar la visita. “La relación con Chávez y con Evo Morales es importante para la Argentina, pero también lo es que a nivel internacional vean que tenemos diálogo con otros gobiernos. En este caso México, que tiene un presidente conservador y además es socio de Estados Unidos”, agregaba. Esta idea “niveladora” podría tomarse como un indicio –según la fuente– de la política exterior por venir, si Cristina Kirchner llega a la Casa Rosada y Jorge Taiana, como todo indica, continúa como canciller. En su reciente viaje a España, la candidata defendió la legitimidad de los títulos de Chávez y habló de la importancia del venezolano y de Evo Morales para la ecuación energética del continente. Pero también se reunió allí con empresarios españoles, que cuestionaron el modelo kirchnerista, y con el líder conservador Mariano Rajoy. Otro ejemplo en la misma línea.