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El sistema de ley de lemas promete convertirse en el nuevo elemento disparador de polémicas en la interminable discusión sobre las internas del 24 de noviembre. Ayer, menemistas y reutemistas volvieron a insistir con la idea, que dejaría sin efecto la convocatoria realizada por el presidente Eduardo Duhalde. El senador Oscar Lamberto, autor del proyecto para que el próximo presidente se elija a través de la ley de lemas, la calificó como “la propuesta más razonable”, dado lo dividido que se encuentra el justicialismo. Mientras, en el Gobierno, insisten con que la propuesta es inconstitucional y además no tiene ninguna posibilidad de ser aprobada por el Congreso. Lo cierto es que, a esta altura, ya nadie tiene en claro qué se votará en las internas, si es que finalmente se hacen.
“Hay que aclararlo, no es una ley inconstitucional”, respondió ayer el senador Eduardo Menem cuando le preguntaron sobre la ley de lemas. El menemismo mira con simpatía el proyecto de lemas, aunque no quiere aparecer como el mascarón de proa del proyecto. Por eso el hermano del ex presidente Menem aclaró que, a su parecer, la ley no tiene muchas posibilidades de prosperar por “el extremo rechazo de la oposición y del radicalismo en especial”. El menemismo preferiría que las internas se hagan en noviembre, pero que sean lo más cerradas que se pueda.
El menemismo fue el primer sector en cuestionar la convocatoria a internas que hizo el Gobierno a través de cuatro decretos. Menem y los suyos no quieren que los afiliados a otros partidos puedan votar en la compulsa justicialista porque consideran que mientras más amplia sea la elección, más votos en contra tendrán. Su contrapropuesta es que se haga una elección con el padrón de afiliados más un padrón de independientes, es decir, los no afiliados a ningún partido. En el Ministerio del Interior sostienen que ya no hay tiempo para confeccionar esos padrones, e incluso consideran que algunas provincias no estarían en condiciones de hacerlos.
“Si no puede hacerse, entonces hagamos la interna cerrada, como siempre”, dicen. A esta altura, encuestas en mano, son varios los menemistas que preferirían evitar la pelea. No por nada Menem habría tomado recientemente contacto con Carlos Reutemann. El contenido de la charla varía según la fuente: unos dicen que el ex mandatario le pidió que lo acompañe en una fórmula. Otros, que se comprometía a bajar su candidatura si el Lole daba marcha atrás con su idea de no competir. En ambos casos, la baja adhesión del riojano en las encuestas.
La ley de lemas permitiría un tiempo prudencial para seguir con las negociaciones y, quién sabe, para cambiar el marco de preferencia de los votantes. En términos generales, la alternativa beneficiaría al PJ, ya que es el partido que cuenta con más candidatos. Los que están en contra de esta idea sostienen que de una elección así surgiría un presidente muy débil, ya que es posible que resulte electo un candidato con un bajo porcentaje de apoyos, beneficiado por lo que le sumen los demás.
Con todo, los postulantes del peronismo se mostraron en su mayoría de acuerdo con esta variante. Menem, el salteño Juan Carlos Romero, el santacruceño Néstor Kirchner y, sorpresivamente, Reutemann salieron a dar su apoyo con diferente énfasis. El candidato oficial, el cordobés José Manuel de la Sota ayer fue cauto: se pronunció porque “todo el mundo vote para que se elimine cualquier tipo de trabas que pueda impedir la participación de los ciudadanos” (ver aparte).
“La ley de lemas es una salida sensata a un problema que existe en la Argentina, que tiene que resolver su salida política con un régimen electoral que se votó de una manera, que se le hicieron parches que complicaron la situación”, sostuvo ayer Lamberto, un senador cercano al gobernador de Santa Fe. Más allá de la inconstitucionalidad que le achacan muchos, el primer obstáculo para la ley de lemas son los dos tercios de legisladores necesarios para votar una norma de carácter electoral.
El radicalismo es uno de sus principales opositores. El jefe del bloque de senadores de la UCR, Carlos Maestro, dijo que la iniciativa sólo se justifica porque el PJ “no puede resolver su conflicto interno y no quierehacer internas abiertas porque están desesperados por quedar pegados con Menem”. En tanto, el vicepresidente del bloque de diputados radicales, Mario Capello, adelantó que la labor legislativa “se va a complicar mucho” si el justicialismo insiste con la ley de lemas.
Cuando el bloque de senadores justicialistas le llevó la idea, Duhalde no se hizo mucho problema porque calculó que entre los senadores que le responden y los radicales jamás le darían los números necesarios para sacar la ley de lemas. Si la alternativa no camina, hay muchos legisladores justicialistas y radicales que piensan insistir con la ley de convocatoria original. El llamado original estipulaba la obligatoriedad de las internas, aun para los partidos que tienen candidato único. Esta forma, entienden, es la única que garantiza que las internas no se vean interferidas por manos ajenas.