EL PAíS
Nazario, ex funcionario salteño y represor, se entregó a Bonadío
El juez lo buscaba por la causa del secuestro y asesinato de un grupo de montoneros en 1980.
Después de pasar doce días prófugo, el ex secretario de Seguridad de Salta Sergio Nazario se entregó ayer ante el juez federal Claudio Bonadío. El ex funcionario del actual precandidato presidencial Juan Carlos Romero fue miembro de la banda de secuestradores del centro clandestino de detención El Olimpo. Bonadío ordenó su detención en la misma causa en la que está preso el dictador Leopoldo Fortunato Galtieri. Nazario está acusado por su participación en las desapariciones de Lucila Révora y Carlos Fassano, quienes fueron secuestrados en octubre de 1978 en un operativo militar que motivó una pelea interna entre los represores.
Desde el lunes 12 de agosto había sobre Nazario una orden de captura y otra de prohibición de salida del país, pero la Policía Federal no pudo dar con su paradero hasta que el ex gendarme tocó voluntariamente ayer la puerta de la secretaría del juzgado.
Nazario tuvo que renunciar a su puesto como secretario de Seguridad de la provincia de Salta en 1997 porque fue reconocido como ex miembro del grupo de tareas del centro clandestino de detención El Olimpo, donde se manejaba bajo el alias de “Estévez”. Pese a las denuncias, el ex funcionario no había tenido problemas judiciales hasta que Bonadío ordenó su arresto en la causa en la que investiga el secuestro de 18 militantes montoneros en 1980 por agentes del batallón de inteligencia 601. Pero Nazario está acusado por un hecho ocurrido dos años antes, que también involucra a ese batallón. Se trata de un operativo que se llevó a cabo el 11 de octubre de 1978 en Floresta. Allí fue fusilado Fassano y secuestrada Révora, que estaba embarazada de ocho meses. La mujer fue llevada a El Olimpo. Algunas versiones indican que llegó sin vida al centro clandestino de detención pero el capitán de fragata Carlos de Bento aseguró que fue arrojada al río en uno de los vuelos de la muerte.
Los represores tenían grandes expectativas porque creían que en esa casa de Floresta había 150 mil dólares. Según el relato del ex gendarme Omar Torres, la pelea por el botín hizo que los miembros de la patota –que incluía a personal de diferentes fuerzas de seguridad– se pelearon al punto tal que algunos de ellos tiraron una granada cuando otros estaban dentro de la casa. Murió el principal de la Policía Federal Federico Corvinos y fueron heridos el capitán del Ejército Enrique Del Pino (“Miguel”) y el oficial del Servicio penitenciario Juan Carlos Avena (“Centeno”).
Osvaldo Acosta, que estuvo detenido en El Olimpo, relató que los represores discutieron muy fuerte porque la plata que supuestamente había en la casa no aparecía. Como Acosta era abogado, un prefecto de apellido Cortez le encargó que hiciera un sumario. “Me encontré en la particular situación de interrogar a mis secuestradores. Y hasta tenía facultad para dictar el sobreseimiento, lo que tuve que hacer al comprobar que no podía demostrar la existencia del dinero. Cortez, en agradecimiento, me regaló chocolatines”, relató Acosta en el juicio a las Juntas.
Cuando hace doce días se supo que Bonadío buscaba a Nazario, el gobernador salteño Romero se apuró a aclarar que el represor ya no ocupaba ningún cargo en su gobierno. Sin embargo, hace poco participó de un acto oficial –una recepción para el presidente Eduardo Duhalde– invitado por Romero en su calidad de “afiliado al Partido Justicialista”.
Nazario fue indagado ayer por Bonadío y luego fue trasladado al Escuadrón Buenos Aires de la Gendarmería, donde permanecerá hasta que se resuelva su situación procesal.