Lunes, 5 de noviembre de 2007 | Hoy
EL PAíS › ANALIZAN RASTROS DE SANGRE, PELOS Y POLVO PARA LLEGAR A LOS ASESINOS DE LOS TRES POLICIAS
Las pericias oficiales podrían comprometer o liberar de sospechas a Leandro Colucci y los miembros de la barra brava de Estudiantes. Los investigadores tienen fuerte expectativa en la sangre, pelos, polvo y polen de los sospechosos y la escena del crimen que están siendo analizados en los laboratorios.
Por Raúl Kollmann
En la escena del crimen se encontró sangre que no pertenece a los tres policías asesinados. ¿Será de Leandro Colucci o de Gustavo Mastrovito, los dos hombres que estuvieron detenidos? Dentro de la planta transmisora se encontró un guante que los homicidas usaron en su ataque y, aparentemente, dejaron olvidado. ¿El ADN se corresponderá con el de Colucci o Mastrovito? En el auto de Colucci se encontró sangre, pese a que hubo un intento de lavarla. ¿Será de alguno de los policías asesinados? Y, además, habrá que ver si el polen y la tierra que se detectaron en las zapatillas, en las ruedas y el filtro de aire del motor de Colucci se corresponden con la tierra y el polen de la planta transmisora. Igualmente si hay evidencias de usos de celulares de los acusados aquella noche y en la zona donde se produjo el triple homicidio. Todos estos interrogantes se empiezan a develar hoy con las pericias oficiales y los informes que se van a incorporar en la causa. La duda de fondo es si los investigadores encontrarán las pruebas para sostener sus hipótesis o si Colucci y los cuatro barra bravas de Estudiantes de La Plata que están en la mira demuestran su inocencia, con lo que el caso quedaría en fojas cero.
El asesinato de los oficiales Alejandro Vatalaro y Ricardo Torres Barbosa y el sargento Pedro Díaz sigue planteando numerosos interrogantes y ésta será una semana decisiva para avanzar o retroceder en el caso. Como se sabe, en la mira está Colucci, empleado del ministerio bonaerense de Desarrollo Humano, y Mastrovito, un gigante de 1,90 metro y 150 kilos que dice dedicarse al comercio y que aparece en numerosas tomas del Coprosede participando de enfrentamientos de la barra brava de Estudiantes de La Plata.
¿La hipótesis oficial sigue siendo que el móvil del triple homicidio fue pasional?
Sí, aunque los investigadores dicen que podría haber algo más. La secuencia que se imaginan es que Colucci arregló con los cuatro barrabravas de Estudiantes –Mastrovito, Fabián Gianotta, Javier Uriarte y Gabriel Ebret– para ir a darle un escarmiento a Vatalaro porque estaba saliendo con su ex novia, Noelia D’Eramo. Llegados al lugar, Colucci habría enloquecido y la emprendió a puñaladas contra Torres Barbosa, que abrió la puerta, y, sobre todo, Vatalaro, que recibió 33 puñaladas. La idea es que el sargento Díaz apareció sorpresivamente en escena y también lo asesinaron. A la pregunta de por qué los barras participaron de un hecho tan irracional, los investigadores responden: “No se lo esperaban, de golpe Colucci desató una furia homicida”. El principal argumento de las fiscales Leyla Aguilar y Cristina Larrocca y el superintendente de investigaciones, Hugo Matzkin, es que el hecho registra antecedentes: está probado en la causa judicial que Colucci había protagonizado hechos enfermizos respecto de Noelia y, por varias declaraciones, quedó también evidenciado que “apretó” a compañeros de Noelia y a otras personas utilizando los servicios de los barras.
¿Cuál sería el otro elemento, más político, que influyó en la matanza?
En este terreno las pruebas son casi nulas. Los investigadores dicen que los barras no sólo son matones del mundo del fútbol, sino que juegan en el terreno sindical y en la campaña electoral de La Plata. Si el móvil político existe, si se buscó producir una gran conmoción una semana antes de las elecciones, por ahora no aparecen elementos de prueba.
¿Es cierto que no se detectó sangre humana en los elementos secuestrados en los domicilios de Colucci, Mastrovito y el resto de los barras?
Efectivamente. Las pruebas de laboratorio demostraron que se trató de manchas de témpera o de pintura. Las fiscales y los investigadores del Ministerio de Seguridad bonaerense afirman que eso tiene lógica: “Cualquiera que participa de un triple crimen de una resonancia tan enorme, quema la ropa o la mete en una bolsa negra de residuos y la tira en un basural. Es evidencia supercaliente que lleva directo a la reclusión perpetua. De manera que seguro fue eliminada”, aseguran los que están a cargo de la pesquisa. De todas maneras, en la fiscalía y en Seguridad tenían expectativas con los buzos, las zapatillas y los cuchillos, pero se frustraron. Ese fue un gol de los imputados y sus abogados.
Hay un detalle de importancia. El juez César Melazo fue quien dejó en libertad a Colucci y a Mastrovito, produciendo una fuerte polémica con el gobernador Felipe Solá y con los investigadores judiciales y policiales. Los que trabajan en la pesquisa afirman que los imputados estaban advertidos del allanamiento a sus viviendas, o sea que no sólo la lógica indica que debieron sacar de allí las evidencias, sino que además supieron de antemano lo que se les venía encima. Por supuesto que algunos hablan de filtración del juzgado, incluyendo el nombre de un abogado mediático que habría hecho la advertencia en el caso del barrabrava Gianotta. Pero los que están cerca del magistrado lo niegan en forma tajante.
¿Cuál es la prueba más importante de esta semana?
La que tiene que ver con la sangre. En la planta transmisora se encontró sangre que no pertenece ni a Vatalaro ni a Torres Barbosa ni a Díaz. Este último se defendió e incluso disparó varias veces. Si esa sangre pertenece a Colucci o a Mastrovito será una prueba decisiva. Uno de los detalles más significativos del triple crimen es que los autores usaron guantes. Se trata de guantes muy elementales, seguramente comprados en una estación de servicio. Uno de los guantes quedó en el destacamento, casi seguro porque se lo olvidaron, o porque alguno de los agresores resultó herido. Tiene rastros de sangre y de otros elementos que permitirían hacer un ADN. Se trata de otra evidencia clave. Por último, en el predio de la planta se encontró una venda, que igualmente dejó material para el análisis genético.
¿Qué sucede con el auto de Colucci?
Un taxista declaró que se topó con la camioneta-patrullero en la que huían los homicidas y que detrás de ese vehículo iba otro, pequeño, de color blanco. En principio mencionó un Volkswagen Gol. Colucci tiene un Chevrolet Corsa blanco en el que se hicieron las pruebas de Luminol, un reactivo que permite detectar sangre, aunque los rastros sean mínimos. El empleado bonaerense argumentó que en su coche transportó carne de vaca, pero las pruebas químicas ya demostraron que lo que había en cuatro lugares del Corsa es sangre humana. La hipótesis de los investigadores es que en el triple homicidio fue inmensa la cantidad de sangre que perdieron las víctimas y los atacantes. La lógica –dicen– es que los agresores se hayan manchado con sangre de las víctimas porque con tamaña cantidad de puñaladas es casi seguro que quedaron salpicados los homicidas. El Corsa tiene rastros de haberse lavado, pero los restos de sangre habrían quedado en las alfombras, tanto de adentro del auto como del baúl, debajo de la superficie, en el tejido. Si la sangre pertenece a alguno de los policías, será también una evidencia categórica. Esa prueba se hace también esta semana.
¿Y la camioneta-patrullero?
Ya se sabe que los agresores huyeron tomando una camioneta LUV de la Policía Bonaerense que estaba estacionada en la planta transmisora. En el asiento, pese a que hubo un intento de lavarlo, también hay rastros de sangre. Si el ADN se corresponde con el de Colucci o Mastrovito, será una prueba difícil de contrarrestar.
¿Hay otra prueba de sangre por hacer?
Sí, en la puerta de la casa del barra Fabián Gianotta se encontraron también manchas de sangre. Esa pericia se realizará igualmente esta semana.
¿Hay más elementos que se van a peritar?
Así es. Será fundamental el pelo encontrado en la escena del crimen. Se encontraron numerosos pelos, algunos muy llamativos, y hasta un mechón. Según los peritos consultados por este diario no será difícil sacar el patrón genético de ese material. Nuevamente, si resulta ser de Colucci o Mastrovito, la prueba será de mucho peso.
¿Qué sucede con el entrecruzamiento de llamadas telefónicas?
Es un elemento de máxima importancia. El Ministerio de Seguridad bonaerense y el superintendente de Investigaciones, Hugo Matzkin, tienen enorme experiencia en el uso de los programas más sofisticados para el análisis de comunicaciones. Si los celulares de los imputados se movieron en esa zona aquella noche, la prueba también será de peso. Uno de los argumentos de Colucci y Mastrovito es que entre sí no se conocían. En eso también puede jugar un papel el entrecruzamiento de llamadas.
¿Las pruebas de sangre y de ADN tardan tres semanas o un mes?
No, en principio los resultados están en 48 horas, porque no se trata de muestras difíciles de evaluar. Los abogados de Colucci y Mastrovito, Flavio Gliemmo y Gabriel Tartaruga, designaron ya peritos bioquímicos y se supone que también recurrirán a un genetista para esas pruebas decisivas. El argumento más fuerte de los letrados es que no cierra la hipótesis del crimen pasional y si en las pericias no se determina que hay sangre o pelo de sus defendidos en la escena del crimen y en la camioneta-patrullero o sangre de los policías en el auto de Colucci, la imputación se caerá. En privado, los investigadores confiesan que ni siquiera hurgan en otra hipótesis. “Estamos seguros. La cantidad de pruebas ya aportadas y las que vamos a aportar son contundentes”, afirman.
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