EL PAíS › IBARRA ACEPTA DESDOBLAR LAS ELECCIONES PERO RECLAMA LA REFORMA POLITICA

“Hay que votar con nuevas herramientas”

Coincide con el planteo de caducidad de los mandatos impulsado por Carrió, Zamora y De Gennaro, pero rechaza las ideas de abstención electoral. “La gente tiene que hacer un balance de cómo gobernamos pese a la crisis”, afirma. Critica la amenaza de Macri de encarcelar a los cartoneros.

 Por Santiago Rodríguez

Aníbal Ibarra se presenta formalmente como jefe de gobierno porteño, porque sabe que la gente está saturada de tanto discurso electoral, pero ya habla como candidato y admite estar en carrera por su reelección en la ciudad. En ese rol explica que quiere tener otro mandato porque “quedan muchas cosas por hacer” y considera que el electorado debería hacer un “balance de cómo gobernamos en medio de esa crisis”. Tampoco deja pasar el reportaje con Página/12 sin criticar a Mauricio Macri por su amenaza de “meter presos” a los cartoneros: “Se mostró como lo que es y puso de manifiesto un concepto autoritario”, destaca Ibarra, quien desde hace tiempo viene señalando a Macri como el candidato de la derecha en el distrito. El desdoblamiento de las elecciones en la ciudad que casi con seguridad la Legislatura aprobará hoy dice no preocuparle, aunque remarca que hubiera preferido que los legisladores avanzaran en la sanción de la reforma política
–En su momento usted impulsó la realización de las elecciones en la ciudad en simultáneo con las presidenciales, pero la Legislatura va a aprobar mañana el desdoblamiento. ¿Qué pasó?
–Yo envié el proyecto para hacer las elecciones conjuntas con las nacionales y hacer una Constituyente para caducidad de los mandatos. La coincidencia con las elecciones nacionales estaba fundada no sólo en la anticipación, sino porque también se evitaba el costo de varias elecciones. Si la Legislatura vota el desdoblamiento no es para mí una cuestión de Estado ni mucho menos. En todo caso, sí me parece central y hubiera preferido que la Legislatura se reuniera para votar antes la reforma política, la eliminación de las listas sábana, la ruptura del monopolio de los partidos para presentar candidatos. Lo central es si vamos al próximo proceso electoral con nuevas herramientas porque si vamos con las de siempre será una especie de gatopardismo.
–¿A qué atribuye que la Legislatura no se haya preocupado por la reforma política y sí del desdoblamiento de las elecciones?
–La rapidez de la respuesta del desdoblamiento estuvo basado en criterios de conveniencias electorales. Los análisis electorales podrán ser o no legítimos, pero me parece que son malas cuando se anteponen a cuestiones de profundidad como la reforma política o la reafiliación de todos los partidos en la ciudad.
–¿Qué opina del espacio que formaron Elisa Carrió, Luis Zamora y Víctor De Gennaro para reclamar por la renovación total de los mandatos?
–Coincido con el objetivo de la caducidad y, de hecho, actué en consecuencia. Haciendo un análisis sobre lo que puede venir después, hay quienes plantean que si no se da el proceso de caducidad de los mandatos y no hay elecciones para todo, no se presentarían y en eso discrepo. Dije y lo reitero que los partidos hay que jugarlos aún en cancha contraria, con la hinchada en contra y aún cuando sospechemos del referí. Los espacios que uno deja los ocupa otros y necesariamente en el espacio progresista de la Argentina hay que crear un espacio con posibilidades de gobierno.
–¿Piensa que podrá llegar finalmente a un acuerdo con Carrió?
–Más allá de Carrió, lo que hay que armar es el espacio político y es lo que veo con gran preocupación: hoy hay un espacio político disperso, disgregado, y presentarse para gobernar la Argentina en crisis no se hace de un día para otro. Con errores y aciertos, yo he manifestado la disposición de aportar a ese todo lo que hemos construido en la ciudad con un absoluto desinterés en terminos personales porque no voy a jugar en el ámbito nacional. Hay grandes sectores que están esperando que este espacio se articule, pero creo que en ese sentido hay deficiencias importantes.
–¿Cuáles?
–Falta voluntad de construcción de poder. Soy un convencido de que la realidad se transforma llegando al gobierno, pero hay muchos que prefierenla comodidad del diagnóstico en lugar de arriesgarse, salpicarse y asumir las complejidades de una gestión.
–¿Con Adolfo Rodríguez Saá hay posibilidad de alguna alianza?
–No, con (Aldo) Rico y tantos otros no tengo nada que ver.
–Está claro que usted se va a presentar como candidato. ¿Por qué quiere otro mandato más en la ciudad?
–Porque quedan muchas cosas por hacer. Afrontamos un gobierno que tiene dos años a hoy: uno en situaciones medianamente normales y el segundo, gobernando en la peor crisis de la historia argentina que hizo que tuviéramos que suspender grandes proyectos para salir a atender la emergencia, a sostener a los chicos dentro de la escuela, los hospitales, la asistencia alimentaria directa y aún en ese contexto sostuvimos la obra pública, como la extensión de la red de subtes. Ahora el proceso de desarrollo de la zona sur, que para nosotros era estratégico, sufrió una detención como fruto de que no hay inversiones; también teníamos el proyecto de duplicar en diez años la red de subtes e incluso comprometido en financiamiento internacional y tuvimos que suspenderlo.
–¿Hasta qué punto cree que electoralmente le jugará en contra el hecho de haber gobernado en esas condiciones?
–Puede haber producido un desgaste, pero el peor error que podemos cometer es mirar a la ciudad con los ojos de tres años atrás porque la Argentina cambió y cambiaron las necesidades y nosotros también hicimos un cambio y establecimos un gobierno para la crisis. Tal vez se haga el balance de cómo gobernamos en medio de esa crisis, sin descontarle salarios a los empleados y sí a los funcionarios, sin emitir bonos, sin retrasar un sólo mes el pago de los sueldos, sin que hubiera un sólo día de paro en las escuelas de la ciudad, con todos los hospitales y los centros salud funcionando a pesar de las dificultades.
–A modo de autocrítica, ¿qué haría en su segundo mandato que no haya hecho en el primero?
–La reforma del Estado de la ciudad. Una deuda pendiente es lograr la transferencia de la policía y la Justicia a la ciudad, aunque tengo la tranquilidad personal e intelectual de no haberme quedado en el reclamo porque desarrollamos un plan de prevención del delito con miles de participantes en los barrios y aportamos equipamiento para la policía que hoy se ve en los controles que se están realizando.
–Desde un primer momento dijo que Macri era el candidato de la derecha. ¿Sus declaraciones Macri sobre los cartoneros...
–...me dieron la razón. Macri se mostró como lo que es: sigue con su pensamiento de empresario que se benefició con el Estado de la ciudad y precisamente con un negocio como el de la basura durante la época de (Carlos) Grosso. Comparar a los cirujas con delincuentes y decir que hay que llevarlos presos es como decir “son delincuentes porque la basura es mía y me la roban”, es pensar como empresario de la basura. Además, puso de manifiesto un concepto autoritario: los conflictos sociales no se resuelven con la policía, sino que son temas políticos.
–¿Más allá de lo político e ideológico, hasta que punto se puede poner en práctica lo que Macri pretende?
–Es imposible, es instalar una guerra civil. ¿Pregúntenle al jefe de la Policía si alguien va y le pide que meta preso a los 40 mil cirujas que hay en la ciudad, qué le dice? Es un disparate jurídico comparar a un cartonero que saca papel de una bolsa de basura con una persona que está robando a un anciano en una esquina. Además, ya que Macri dice que los cartoneros no pagan impuestos, sería bueno que él pagara el canon que le debe al Estado por el Correo que son varios millones de pesos.

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Aníbal Ibarra, jefe de gobierno de la ciudad de Buenos Aires, en busca de un segundo período.
 
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