El temor cada vez más fuerte a una recesión en los Estados Unidos y el impacto negativo de la crisis hipotecaria en el sistema financiero americano golpearon a los mercados bursátiles. La ola negativa tuvo epicentro en Wall Street, pero se expandió por Europa y los principales recintos latinoamericanos. En Nueva York, el índice Dow Jones retrocedió 1,7 por ciento, lo mismo que el panel tecnológico Nasdaq. En Buenos Aires, el MerVal cayó 1,6 por ciento. En tanto, los bonos de la deuda cedieron hasta un 2,2 por ciento, como fue el caso del Discount en pesos. Ajeno a la histeria de los operadores, el Banco Central continúa acumulando reservas, que ya se encuentran en 43.898 millones de dólares.

En una sola jornada, las reservas se incrementaron en 296 millones de dólares. Ese salto fue, básicamente, producto de dos cosas: el ingreso de divisas por la colocación del Bonar X, la semana pasada, y por la intervención del Central en el mercado cambiario. Ayer, la autoridad monetaria adquirió alrededor de 40 millones de dólares a los exportadores para evitar una revaluación adicional del peso. El dólar en el segmento mayorista se ubicó en torno de los 3,13 pesos mientras que se vendió a 3,15 pesos en las casas de cambio del microcentro porteño.

Las reservas subieron nada menos que 1397 millones de dólares en el último mes y medio. El último 4 de octubre había caído a un piso de 42.501 millones, en medio de las turbulencias financieras y la huida de capitales. Ahora quedaron a 336 millones de dólares del record alcanzado el 24 de julio pasado (44.234 millones), cuando la agitación de los mercados recién había empezado.

En las últimas jornadas, el clima bursátil volvió a enrarecerse. Después de alcanzar nuevos record en los mercados, en Estados Unidos se potenció el miedo a que la economía se encamine hacia un ciclo recesivo. Y al efecto que tendrá la crisis de los créditos hipotecarios sobre el sistema financiero estadounidense. Personajes tan disímiles como Alan Greenspan y Joseph Stiglitz repitieron en las últimas jornadas que existen grandes chances de que se dé ese escenario. Particularmente, el derrape de ayer se desencadenó luego de que Goldman Sachs, uno de los bancos de inversión más fuertes de Wall Street, recomendara a sus clientes desprenderse de los papeles del Citigroup, la entidad financiera más grande de Estados Unidos. Goldman Sachs dijo en un informe que el banco afrontará más pérdidas por su exposición a los préstamos de baja calidad.

Las turbulencias alcanzaron a Wall Street y a Europa, donde cayeron los principales mercados. Londres bajó un 2,7 por ciento, París, un 1,6, y Madrid el 1,5. En América latina, la Bolsa de San Pablo cedió un 3,5 por ciento y Perú, un 5,1. La baja del 1,6 por ciento del MerVal estuvo influida, además, por las versiones de que el Gobierno aplicaría retenciones a las exportaciones de metales. Los metales más vendidos por la Argentina al extranjero son el oro y el cobre, seguidos por el aluminio y el acero. En medio de las versiones, la acción de Aluar cayó 3,8 por ciento; Siderar perdió un 2,9 por ciento y Tenaris, el 3.

Los títulos de la deuda pública también registraron caídas. El Discount en pesos se desvalorizó 2,2 por ciento; un 1,2 por ciento el Bogar 2018 y el 2 por ciento el Bonar con vencimiento en 2017. El cupón atado al Producto en pesos cayó 2,4 por ciento mientras que el nominado en dólares bajó el 1,3.

El sistema financiero argentino luce ajeno a las turbulencias. Ayer, los bancos renovaron apenas 21,8 millones de pesos de los 235 millones que vencían de pases activos. No obstante, el Banco Central se prepara para otorgar liquidez. Será esta tarde cuando salga a colocar Letras y Notas por tan sólo 500 millones de pesos, un monto que está por debajo de los 1261 millones que vencen.