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Por Pimpi Colombo *

Para ciertos menesteres necesitan de un acompañante masculino” ironizó el ex presidente, refiriéndose a las diputadas Carrió y Ocaña. La frase publicada el miércoles en Página/12, pinta el retrato extemporáneo de una discriminación típica de un sexista que defiende su masculinidad descalificando genéricamente.
Más allá de las posturas políticas de las diputadas, con las que no coincido, asombra como el Dr. Menem utiliza en plena campaña una discriminación sexista, en tiempos en que una sociedad en crisis parece haber grabado a fuego el concepto de que todos necesitamos de todos.
La solidaridad y cooperación que exige nuestra sociedad pareciera haber dejado muy atrás la guerra entre feministas versus machistas a través de un intercambio de roles que no admite demasiadas estratificaciones. De hecho miles de hombres se hacen cargo de las tareas hogareñas, mientras otros miles de mujeres salen a trabajar para mantener sus hogares.
Las diferencias son, sin duda, las que hacen cada día mas rico y placentero el intercambio, pero ante la afirmación irónica del ex presidente debiera preguntarse si las compañías son buenas o malas a juicio de la sociedad, antes de saber si se trata de mujeres u hombres.
Evaluar una actitud política desde la óptica de la ausencia de una compañía masculina es tan retrógrado como descalificante.
Quizás los asesores del Dr. Menem consideren la necesidad de agregarle alguna cuota de esa falsa masculinidad que se conoce como machismo, a su campaña política, pero sus consideraciones esconden prejuicios que ya están fuera de época y atentan contra valores sociales establecidos a través de la educación institucional.
* Legisladora de la Ciudad.