Domingo, 16 de diciembre de 2007 | Hoy
José Mujica es ministro de Ganadería y un baluarte del Frente Amplio. Dolido con el conflicto por Botnia, pide ayuda a “los compañeros” y explica que Cristina será bien recibida en Montevideo.
Por Martín Piqué
José “Pepe” Mujica conversa en un patio de Palermo con el acento y la parsimonia que distinguen a los uruguayos. El ex guerrillero, ex detenido de la dictadura y ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca puede llegar ser el sucesor de Tabaré Vázquez. Ya habló de presentarse como candidato en 2009. Apoyo no le faltará. En 2004 fue el senador más votado de Uruguay, hoy aparece al frente de todas las encuestas. Habla de Cristina, de su discurso ante la Asamblea Legislativa. Dice que “mantiene el temperamento joven”, por la frase que le dedicó a Tabaré en medio de su asunción. “Hay que pensar cuáles son las señales para los países pequeños del Mercosur. Estratégicamente es un error”, advierte.
–¿Qué le pareció la referencia que hizo Cristina a la presencia de Tabaré en la asunción ante la Asamblea Legislativa?
–Yo no soy quién para marcarle los deberes a la presidenta argentina. Pienso que mantiene un temperamento joven y dijo lo que pensó.
–¿Siempre hay que decir lo que se piensa?
–Bueno, es discutible. Algunos opinan que a veces hay que callarse la boca y que hay que decir lo que se piensa según las circunstancias. Pero en lo personal a mí no me molesta. Es una ratificación de la línea que se venía aplicando. Pero hay que pensar cuáles son las señales para los países pequeños del Mercosur. Estratégicamente es un error. Porque los que no están en el Mercosur y deberían estar miran estas cosas. Y los grandes países, por el papel de monitorear este proceso, tienen una enorme responsabilidad de liderazgo. Uruguay es muy pequeño pero está en una esquina importante. Las tendencias reaccionarias dentro de Uruguay también existen. Esas tendencias tratan de mirar a otras partes del mundo y de darle la espalda a la región. Por favor, que nos den una mano los compañeros progresistas de América latina. No queremos darle la espalda a la región pero estamos en un espacio político con el juego de fuerzas. Y no es bueno la quinta columna. Para nadie.
–Argentinos que han estado hace poco en Uruguay comentaron que hay un clima muy adverso para los turistas.
–Yo no quiero antagonismos de ese tipo porque no hacen otra cosa que estupidizar, hacer panfletaria la relación. Y veníamos bastante bien. En el Uruguay esto no es un tema central, yo lo encuentro mucho más central acá. Es bastante preocupante en el Litoral, pero en Montevideo a este tema no se le da bola. Nosotros somos menos mediáticos que ustedes. Somos más aldeanos, más parsimoniosos. En Buenos Aires la prensa y los informativos de televisión tienen una especie de poder mágico sobre la opinión pública.
–Diplomáticos brasileños y argentinos están muy preocupados por la posibilidad de que Uruguay firme un tratado de libre comercio con Estados Unidos. ¿Cómo está ese proyecto del ministro de Economía, Danilo Astori?
–De momento, esa alternativa, por las correlaciones de fuerza políticas, no parecería que tenga ambiente. Pero esto es parte de lo que le dije antes. Hay una derecha que impulsa eso. Y hay gente que no es precisamente de derecha que ante el bloqueo regional y las dificultades regionales plantean que el Uruguay desgraciadamente tiene que mirar para otro lado. Pero también estamos los tipos como nosotros, que peleamos por el Mercosur y por juntarnos. Y por eso les decimos a los compañeros argentinos y brasileños “por favor, dennos una mano”.
–Esa mano, en concreto, ¿qué implicaría en términos económicos?
–Una política de convergencia monetaria, no de una unidad monetaria, y necesitamos proyectos de construcción comunes. Con el neoliberalismo se quiso hacer un Mercosur fenicio: te vendo tanto y tú me vendes tanto. Tenemos que empalmar a fondo nuestras soluciones energéticas. Tenemos este obstáculo y lo tenemos que superar. ¿Por qué no hacer una fábrica de papel en la Argentina? ¿Y por qué en vez de pelearse con nosotros no llevarse la celulosa y procesarla en la Argentina? Si van a precisar fábricas de celulosa. Porque yo no creo que la Argentina se vaya a dedicar a exportar troncos, eucaliptos. Alguna respuesta industrial va a tener que darle a eso. ¿Por qué no tener una política ambiental en ese sentido?
–¿Cuál cree que va a ser el clima con el que se va a encontrar Cristina cuando llegue a Montevideo para participar de la Cumbre?
–Correcto. Se va a encontrar un clima correcto. No se va a encontrar piquetes, no se va a encontrar manifestaciones, con carteles. No se va a encontrar con eso. Que esté tranquila. No es nuestra forma de ser. No somos ni mejores ni peores. Nosotros no somos pueblos hermanos, somos más: nacimos en la misma placenta, nacimos en el mismo pleito. Y nosotros, pequeña nación ahí en una esquina, tenemos una honda dependencia de lo que pasa en la Argentina. Somos conscientes. Y no podemos, cuando heredamos una situación, cambiar las reglas de juego. Es una señal desastrosa.
–¿Qué sería cambiar las reglas del juego?
–Nosotros no podíamos enfrentar con ninguna papelera un pleito que lo íbamos a perder seguramente en el área internacional por los compromisos establecidos. Eso le pasa a cualquier gobierno. Además, en el área internacional estamos diciendo que somos un país seguro, estable, tratando de atraer capital y que lo necesitamos. Y esa necesidad debe ser entendida, como nosotros entendemos otras necesidades. Eso no quiere decir que vale todo y que en el Uruguay se puede hacer cualquier cosa.
–¿Y cuál es la salida al diferendo por la papelera de Fray Bentos?
–Que la ciencia objetivice. ¡La ciencia!
–¿Y eso lo va a resolver el control ambiental dispuesto por el gobierno uruguayo?
–Se pueden poner controles ambientales. Se pueden encontrar hasta mecanismos internacionales que den garantías de que los análisis son correctos. Por lo menos para despejar el problema técnico. Después se puede discutir lo jurídico.
–Hay papeleras en el río Paraná y en Argentina nunca nadie protestó. Esta papelera está justo en una frontera. Pero hubo una violación de un tratado. Sí hay un tratado del río Uruguay.
–Sí. Eso es un aspecto jurídico que está en discusión. Para nosotros hay manifestaciones del Gobierno argentino contradictorias con eso. Pero es lo que van a discutir en La Haya y señores jurídicamente más solventes que nosotros lo van a decidir. Y haremos lo que decidan.
–En Gualeguaychú y en Fray Bentos hubo malos olores y niños que se desmayaron en alguna escuela. ¿Qué piensa?
–Es un accidente en una fábrica gigantesca que empieza a funcionar y muchas cosas que no se dominan. Las conclusiones positivas que hoy se pueden sacar de los análisis son rudimentarias porque la fábrica no está trabajando a full. Y va a ser comprobable desde el Uruguay y la Argentina.
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