El Gobierno ya decidió qué hacer con los 700 millones de pesos que hasta el lunes 31 de diciembre se destinaban al reintegro de IVA por compras con tarjetas de crédito. Una parte sustancial de ese monto se destinará a subsidiar a las terminales automotrices para que utilicen un mayor porcentaje de autopartes de origen nacional en el ensamblado de vehículos. El tema fue tratado en la reunión de la semana pasada entre el ministro de Economía, Martín Lousteau, y el secretario de Industria, Fernando Fraguío, con el sector automotor. La decisión ya circula en la Casa Rosada como ejemplo de los acuerdos sectoriales que el Gobierno pretende impulsar con el tan mentado pacto social.

Tras la asunción de Cristina Fernández de Kirchner, el Gobierno ubicó en lugares importantes a varios empresarios de la industria automotriz. Fraguío llegó a la Secretaría de Industria desde la presidencia de la fábrica de camiones Iveco. El flamante embajador en Francia, Luis Ureta Sáenz Peña, fue hasta su designación como diplomático titular de la filial argentina de Peugeot. La incorporación de representantes de las terminales parece responder a la decisión de promover todavía más el crecimiento del sector, cuyo nivel de actividad se encuentra en un record histórico.

Hasta el último día de 2007, el Gobierno financiaba el consumo de las clases medias y altas con el reintegro de 3 puntos de IVA en las compras con tarjetas de crédito. La decisión de quitar ese beneficio fue impulsada por el ministro Lousteau (el beneficio se mantuvo para las tarjetas de débito, con un reintegro de 5 puntos). El gasto que implicaba ese reembolso –alrededor de 700 millones de pesos anuales– será destinado a subsidiar la compra de piezas nacionales por parte de las terminales automotrices.

Según estimaciones del sector, los autos fabricados en la Argentina están compuestos en un 30 por ciento por autopartes de origen nacional y un 70 por piezas que provienen del exterior. Uno de los principales proveedores de ese rubro es Brasil, aunque no el único. Durante la reunión con Lousteau y Fraguío, los empresarios se comprometieron a acercar a los funcionarios un plan para afianzar el crecimiento del sector. En la Rosada citaban estas reuniones como un ejemplo de las negociaciones sectoriales que se realizarán este año. “Esta va a ser la forma del pacto social”, dijo a Página/12 un ministro con despacho en la Rosada.

Hace diez días, Lousteau se reunió con los representantes de la cadena agroindustrial para analizar eventuales medidas para incrementar su crecimiento. Los empresarios del rubro ya se ilusionan con que el subsidio a las autopartes se extienda a la producción de alimentos.