El gobernador de Chaco, Jorge Capitanich, recibió huevazos e insultos por parte de un grupo de productores rurales cuando se disponía a inaugurar nuevas oficinas de la administración pública en Pampa del Infierno, a más de 200 kilómetros de Resistencia. Tras esas agresiones, el mandatario aseguró que “este tipo de hechos merecen el repudio generalizado de una sociedad democrática” y sostuvo que su gobierno “siempre está dispuesto al diálogo”. Funcionarios provinciales relataron que los agresores “no eran productores de ese lugar”, sino que pertenecían al sudoeste de la provincia, la zona más rica en materia agrícola.

“Tenemos autoridad moral para decir que estamos trabajando mucho para ir resolviendo los problemas de rentabilidad del sector agropecuario en la provincia”, afirmó Capitanich, quien defendió el reintegro de las retenciones a los pequeños y medianos productores propuesto por el gobierno nacional y explicó que se han flexibilizado los aspectos técnicos con los últimos anuncios del jefe de Gabinete, Alberto Fernández. Para el vicepresidente del Partido Justicialista, las propuestas oficiales “realmente van mucho más allá de las demandas y los reclamos de los productores”.