A pesar de haber sido desairado por el Gobierno, Julio Cobos decidió mantener la reunión que convocó hoy con los gobernadores, aun cuando sólo concurrirán opositores. Sin la presencia de los mandatarios provinciales justicialistas ni de los radicales K, en su despacho del Senado recibirá por la mañana a los peronistas disidentes Alberto Rodríguez Sáa (San Luis) y Juan Schiaretti (Córdoba), y al socialista Hermes Binner (Santa Fe). También dirán presente algunos intendentes del interior de la provincia pertenecientes a la Concertación Plural. Lo que anoche no estaba resuelto era si harán una reunión conjunta o si serán encuentros por separado.

La idea nació el jueves pasado. Cobos, empujado por el protagonismo que ganó cuando el domingo 15 pidió públicamente que interviniera el Congreso en la controversia por las retenciones, decidió convocar unilateralmente a todos los gobernadores que estuvieran relacionados con el actual conflicto. Pero, aquella misma noche, los kirchneristas anunciaron en fila y con argumentos de ocasión que no serían de la partida. Resultaba evidente que los teléfonos de la Casa Rosada se habían levantado para desautorizar la convocatoria. Y, por si fuera poco, a la sangría oficial se le sumaron las notorias ausencias del gobernador correntino, Arturo Colombi, y del santiagueño, Gerardo Zamora, ambos hombres fuertes del radicalismo aliado con el kirchnerismo.

Fue entonces que, rápidos de reflejos, desde todo el arco opositor aprovecharon la ocasión y salieron a confirmar su presencia. Así, el escenario para Cobos se volvía cada vez más oscuro. Más aún cuando el sábado desde el Gobierno sorprendieron convocando para el mismo día a las cuatro entidades ruralistas, acto que en sí mismo contribuirá a opacar la iniciativa del vicepresidente.

Así las cosas, el dilema era dar marcha atrás y aceptar el off side declarado por la Presidenta, o avanzar y ratificar la iniciativa. Cobos se volcó por la segunda opción, matizando el mensaje al sumar a la convocatoria a los intendentes del interior de Buenos Aires. Sin embargo, en los hechos el vicepresidente tendrá que hacer frente a las ácidas críticas con las que tanto Binner como Schiaretti y Rodríguez Sáa castigarán al proyecto oficial. “Cobos sabe que la reunión de mañana (por hoy) puede ser leída de cualquier forma, sabe que lo operaron por detrás”, reconocen en su entorno.

No es ninguna novedad que en el radicalismo K los enojos son múltiples. Con escaso margen de maniobra, Cobos debe hacer frente a las críticas internas de los intendentes y gobernadores de esa tendencia que surfean este conflicto tironeados entre su filiación política y los votos que sienten se les escapan cada día que continúa la disputa rural. A su vez, se quejan de no tener interlocutores políticos, por lo que, aseguran, la proclamada Concertación Plural no existe. Y es esta falta de diálogo, explican, la que causa este tipo desencuentros. El nivel de hastío llegó al punto de que se rumorea con intensidad sobre una hipotética renuncia.

Sin embargo, en busca de calma y prudencia, desde Mendoza Cobos salió ayer a ponerle paños fríos a la soterrada confrontación al destacar el diálogo propuesto por Cristina Fernández de Kirchner: “Existe, de parte de todos, una vocación por resolver el problema. Una cosa es presionar –argumentó–, otra es deslindar responsabilidades y otra es compartir la tarea conjunta en la salida de un conflicto que llevaba más de cien días. Esto último es lo que estamos haciendo”.