Jueves, 4 de septiembre de 2008 | Hoy
EL PAíS › LOS DESTACADOS DEL DEBATE
Por Sebastián Premici
- Del Principito a Baudrillard. Eric Calcagno, que asumió como senador para el tratamiento de las famosas retenciones móviles (antes era secretario de la Pequeña y Mediana Empresa), arrancó la exposición de motivos sobre el proyecto del oficialismo, con una historización de los momentos económicos del país y su relación con la aeronavegación. “Hay tres etapas de la historia económica de la Argentina. La etapa agraria, que coincidió con la época de los vuelos nocturnos y Saint-Exupéry –el creador de El Principito–. Luego vino la guerra del ’14 y la crisis del ’30. En ese año comenzó a romperse la relación centro-periferia y Argentina empezó su camino hacia la industrialización. En 1950 se creó por decreto Aerolíneas Argentinas, que fue la unión de cuatro empresas. Y hoy estamos acá para recuperarla –explicó Calcagno, para cerrar con una cita del filósofo Jean Baudrillard–. No es tan importante, en una situación de dominación, el poder del dominante como el consentimiento del dominado. Esto es lo que estamos rompiendo ahora.”
- El cartero llama dos veces. El senador Eduardo Torres (Misiones), luego de pedirles a los gremios aeronáuticos que colaboren en el desarrollo futuro de Aerolíneas Argentinas y Austral, comentó en el recinto que había recibido una carta del diputado Esteban Bullrich (PRO), donde le pedía votar en contra del proyecto oficial. El senador no dijo por qué medio respondió la misiva, pero aprovechó la oportunidad para replicar desde el recinto. “Yo veo a su partido gobernar esta ciudad (hizo una pausa). Cuando votamos la Resolución 125 ustedes nos recomendaban el diálogo. Pero veo que su partido trata a los estudiantes secundarios con poco diálogo. Frente a la toma de algunos colegios por el reclamo de becas, su partido responde con una denuncia penal. Estoy cansado de la hipocresía.”
- Nuestro pasado nos condena. A su turno, la senadora Sandra Escudero (PJ, Salta), que votó a favor de la reestatización pero rechazó el artículo 1 en la votación particular, trajo en su discurso a Martín Redrado. “Como dijo ayer (por anteayer) el presidente del Banco Central, nuestro pasado nos condena. Si estamos frente a tantas sospechas de fraude por parte de Marsans, ¿por qué vamos a premiar a la empresa con un pago importante, mirando hacia otro lado? Estamos mandando una mala señal hacia los inversores. Les estamos diciendo que ésta es una forma de hacer negocios, que no genera riesgos ni sanciones para quienes hacen las cosas mal. Creo que existe el consenso suficiente en avanzar en una comisión investigadora que determine las responsabilidades de todos, para que en esta nueva gestión en Aerolíneas haya premios y castigos.”
- Falta de oposición. Ante las críticas hacia el proyecto oficial, sobre todo por el estado patrimonial de la empresa que se comprará y la responsabilidad de los funcionarios argentinos en la situación de Aerolíneas, el sanjuanino César Gioja (FpV) relacionó el discurso de la oposición con la falta de institucionalidad en el país. “La falta de institucionalidad de la Argentina se debe a la falta de una oposición con un plan que se asemeje al país que pregonan. Esta es la mayor deficiencia que tenemos. Se ha criticado más el acta-acuerdo o al secretario de Transporte, Ricardo Jaime, en vez de defender la existencia de una aerolínea de bandera. Quizá no sea un gran negocio pero detrás de Aerolíneas Argentinas hay una cuestión social que debe atenderse.”
- Contrapunto por la quiebra. “¿Cuáles son las estrategias que habría que elaborar para sacar adelante a Aerolíneas?”, se preguntó la puntana Liliana Negre de Alonso, sentada como es habitual al lado de Adolfo Rodríguez Saá. “Para mí la quiebra no es el cierre de la compañía. Es la garantía que tenemos para no pagar los pasivos de Marsans y transferir a los 9000 trabajadores. Y es la única herramienta para abrir la investigación hacia los responsables de esta situación”, se respondió la senadora. Miguel Angel Pichetto miraba y en medio de una interrupción argumentó: “La experiencia de la quiebra se ha utilizado en muy pocos casos, y casi siempre termina en la creación de una nueva compañía. Además, un juez no sabe manejar una aerolínea. La quiebra significaría la pérdida laboral para 9000 empleados, sumado al desprestigio del nombre de la compañía y la caída de los leasing”. Terminada la interrupción, Negre de Alonso retomó su argumentación pro quiebra. “La excepcionalidad en este caso está en que el juez no se haría cargo, sino que sería el Estado el responsable de llevar adelante la empresa, ya que es un servicio público. Y la ley de leasing contempla la quiebra, y establece que cuando ocurre esto, no se interrumpen los contratos de leasing”, cerró la puntana. La última palabra (casi) sería de Pichetto: “Aerolíneas está dentro de la ley de empresas privadas, todavía no es un servicio público. Lo será con esta ley, que no es suficiente. Seguramente deberemos pensar qué hacer una vez que esté definido el precio”. Negre de Alonso replicó: “Si ocurre una quiebra, la ley establece que se debe investigar la situación de las empresas y los responsables de la quiebra deberán responder con su patrimonio”. Pichetto miraba adusto, casi preocupado.
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