Desde Argel

“Con admiración y respeto por los mártires en la lucha por la liberación de Argelia. Cristina Fernández de Kirchner.” Eso fue lo que escribió la Presidenta en el libro de visitas del museo Moudjahid, en donde se conservan fotos, armas y todo otro tipo de elementos referidos a los ocho años que llevó a la lucha por la independencia de Francia, que culminó en 1962.

La Presidenta recorrió exhaustivamente el museo levantado sobre un acantilado frente al mar Mediterráneo en el mismo lugar que desembarcaron las tropas franceses para tomar el país en 1830 y en el mismo lugar también donde se reunieron por primera vez los patriotas argelinos para iniciar la resistencia en 1954. Justamente, el libro de visitas ilustres está apoyado sobre una roca, punto de encuentro inicial de aquellos activistas, que no fue movida y que hoy está adentro del edificio del museo.

Acompañada por una guía que hablaba castellano, la Presidenta se detuvo ante cada foto, cada cuadro y cada vitrina a escuchar la explicación. En muchas ocasiones preguntó y pidió más detalles.

Ante una foto que mostraba una masacre de argelinos en una playa de Argel, la Presidenta recordó la célebre película del italiano Gillo Pontecorvo La batalla de Argel, filmada en 1965 y ganadora del festival de Venecia al año siguiente, considerada todo un documento sobre la lucha por la independencia de Argelia.

Al salir, Cristina Kirchner dijo estar conmovida por lo que acababa de ver en el museo e hizo referencia a un libro que, dijo, influyó mucho en los jóvenes de la década del 60: Los condenados de la tierra, del martinico Frantz Fanon. Y explicó de qué trataba. Dijo que el libro es un retrato sobre la violencia de la colonización y las psicopatologías que despiertan, como la relación que a veces se da entre torturados y torturado. Fanon no sólo lo había experimentado en carne propia, al nacer en esa colonia francesa en el Caribe (como la emperatriz Josefina Bonaparte, pero con otro destino), sino que, siendo médico, se sumó al Frente Nacional de Liberación de Argelia y murió sin poder gozar la independencia, en 1961. Ese año se publicó, postmorten, Los condenados de la tierra, un título que hace referencia al primer verso de La Internacional.

Antes de ir al museo, la Presidenta había estado en el Monumento del Mártir, donde depositó una ofrenda floral en homenaje a los caídos en la lucha por la independencia.