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Pegar para negociar. La vieja táctica sindical, que supo cultivar Augusto Vandor, fue adoptada ayer por Carlos Menem para sentarse con el Gobierno a discutir una nueva fecha de la interna justicialista, sabiendo que la del 15 de diciembre ya no será posible. Sin embargo, la amenaza de fracturar el bloque del PJ, y también la de judicializar la pelea electoral partidaria, se pareció más a un manotazo de ahogado de quien teme quedar aislado en la pelea, y por ende no tuvo ningún resultado a la vista.
Menem necesita un acuerdo político. Quedó en franca minoría cuando Duhalde, con apoyo del eje Buenos Aires-Córdoba-Santa Fe, los principales distritos del país, convocó a un congreso para el martes con el fin de establecer una nueva fecha para la puja interna.
Los corresponsables de la jugada, Carlos Reutemann y José Manuel de la Sota, ayer le insistieron al ex presidente para que su sector participara del congreso, asegurándole que no será una cumbre “antimenemista”. Pero sobrevuelan varios fantasmas en el entorno del riojano y por eso quieren que el encuentro sea “a libro cerrado”.
Concretamente están dispuestos a renovar toda la junta electoral –actualmente hegemonizada por el menemismo– y que luego esta fije un cronograma electoral que no prorrogue las internas más allá de la primera semana de enero. Sin embargo, la convocatoria al congreso de Parque Norte es tan amplia que dejaría lugar a “sorpresas” que los menemistas no están dispuestos a aceptar, como por ejemplo que alguien mocione la renovación de las autoridades partidarias. O sea, la remoción de Menem.
Por eso, anoche el pampeano Rubén Marín le envió a Reutemann un fax donde le cuestiona la convocatoria al congreso de marras por incurrir en “graves vicios”, suficientes para considerarla “institucional y legalmente improcedente”. Al fin, una velada amenaza de seguir la pelea en la Justicia.
“El capítulo 5, artículo 20, dice que el congreso extraordinario debe reunirse cuando lo solicita la tercera parte de sus miembros por nota con firmas certificadas dirigidas al presidente del congreso o cuando lo solicita el consejo”, agregó letra un menemista conspicuo sobre un paso que, obviamente, no se cumplió.
Marín también habló de los “gestos beligerantes” y de la “actitud unilateral” de la mesa chica del congreso que citó a la cumbre de Parque Norte. Las palabras revelaron que las sucesivas comunicaciones y reuniones entre menemistas, duhaldistas y el resto de los sectores fracasaron.
Está claro, también, que hasta no arribar a una salida política, la pulseada institucional seguirá a la orden del día. De hecho, el menemismo mantiene en pie lo resuelto por el Consejo que hegemoniza y en el que se decidió la interna para el 15, pese a que todos saben que no se va a realizar. Incluso, advirtió que hoy cierra la presentación de listas y que hasta ahora sólo cumplieron con ese paso legal la fórmula Menem-Romero. Los otros candidatos (De la Sota, Néstor Kirchner, José Octavio Bordón) lo desconocerán, salvo Adolfo Rodríguez Saá, quien sorprendió al anunciar que legalizaría su boleta con el radical Melchor Posse.