EL PAíS › ALBERTO FERNáNDEZ SE HABíA REUNIDO CON SOLá PARA ACERCARLO A K

Las volteretas de la precampaña

 Por Daniel Miguez

El ex jefe de Gabinete Alberto Fernández no habrá podido creer lo que leían sus ojos en los cables de las agencias y los portales de noticias en Internet: Felipe Solá afirmaba que nunca jamás volvería al ruedo kirchnerista y que se veía como aliado de Mauricio Macri en las próximas elecciones de octubre. Es que Fernández estaba tejiendo pacientemente una especie de perdón de Néstor Kirchner a Solá, con la anuencia del propio diputado, a cambio de preservarlo como uno de los potenciales candidatos kirchneristas en los comicios presidenciales de 2011.

La sorpresa que se supone en Fernández se habrá agigantado al mirar el reloj. La última vez que se había reunido por ese tema con Solá había sido el lunes al mediodía y las declaraciones de Solá pateando el tablero fueron el martes a primera hora de la mañana. No había pasado siquiera un día para tamaña voltereta.

Las razones que sin ruborizarse dio Solá para explicar su necesidad de una alianza con Macri (“Hemos comprobado que Macri cuenta con importantes mediciones en las encuestas del primer cordón del Gran Buenos Aires”) son más o menos las mismas que expuso Alberto Fernández en una larga reunión que mantuvo la semana pasada en Olivos con Kirchner: que, pese a todo, Solá es quien tiene buena intención de votos en la provincia de Buenos Aires, y en varias encuestas se ubica detrás de cualquier candidato kirchnerista, lo que implica que como opositor podría transformarse en el principal adversario.

La primera reacción de Kirchner, que siempre tuvo desconfianza hacia el ex gobernador bonaerense, fue totalmente negativa, pero Fernández le prometió a Solá seguir insistiendo ante el presidente del PJ a cambio de su compromiso de abstenerse de criticar al Gobierno. Pero todo puede fallar, como decía Tu Sam.

Kirchner nunca quiso a Solá. Cuando asumió en 2003 él ya era gobernador bonaerense desde 2002, la época de la presidencia de Duhalde, y por ese entonces se lo escuchaba decir: “Felipe es un tipo de suerte. Hoy cualquier menemista es innombrable, y a él, que fue recontra menemista, la gente no lo asocia con Menem”.

Más adelante, en 2007, Kirchner le truncó la posibilidad de buscar la re-reelección y Solá esperó un año para responderle: fue el año pasado cuando votó contra la ley de retenciones móviles.

Ayer el único funcionario que se refirió al paso dado por Solá fue el ministro de Justicia y Seguridad, Aníbal Fernández. Sostuvo que el diputado “no sabe adónde quiere ir”. Para el ministro, Solá y Macri “tienen todo el derecho del mundo a hacer lo que les parezca. Hacer un análisis de conjeturas no tiene sentido. Cuando haya definiciones lo charlaremos”, remató.

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Aníbal Fernández, desconfiado.
Imagen: Ana D’Angelo
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