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Mario Pontaquarto, el ex secretario parlamentario que confesó ante la Justicia el pago de las coimas, aseguró que la confirmación del procesamiento de Fernando de la Rúa lo tomó por sorpresa. “No me lo esperaba. Yo pensé que iba a ser imposible, tenía la sensación de que en la Argentina el que habla pierde, que el que intenta hablar para esclarecer un delito de corrupción no tiene ningún marco de contención.”

Dio varias entrevistas a lo largo del día, con la voz de a ratos temblorosa. Según trascendió la semana pasada, el ex funcionario está muy mal anímicamente, al punto de que intentó suicidarse. Ayer, en todos los reportajes defendió su rol en la causa. “Si yo no hubiese aparecido ante la Justicia, este hecho hubiese sido uno más en la Argentina, lo hubieran archivado”, aseguró.

Pontaquarto recordó que en aquella declaración judicial “le dije al juez que yo había ido a la Casa Rosada acompañando al ex jefe provisional del Senado, el ya fallecido José Genoud, para hablar de la ley. Cuando llegué, en el despacho estaban De la Rúa y los senadores Alberto Tell y Augusto Alasino. Se comenzó a charlar sobre los tiempos que llevaría sancionar el proyecto y en un momento el senador Genoud le dice a De la Rúa: ‘Presidente, el justicialismo necesita de otras cosas para sancionar la ley’, a lo que De la Rúa responde ‘eso arréglelo con (el titular de la SIDE, Fernando) De Santibañes. Al llegar al Senado, Genoud me explica cuál era el procedimiento, que el peronismo había pedido plata a cambio de sancionar la ley. Al dinero lo llevé yo al departamento de (el entonces senador Emilio) Cantarero la misma noche de la sanción de la ley. Otros 700 mil pesos me los pidió Genoud para repartir entre él y (el entonces ministro de Trabajo, Alberto) Flamarique”.

Para Pontaquarto, el procesamiento de De la Rúa fue “un bálsamo” que lo compensó “por todo lo que viví en este tiempo, porque estaba con mucha desesperanza”. El ex funcionario contó que se viene sintiendo muy desanimado no sólo por el proceso judicial, sino porque está sin trabajo. “Atravesé etapas muy difíciles”, dijo. “Pasar por la Justicia, autoincriminarme, que me hayan procesado, hacen que el desgaste llegue a un límite y uno toque fondo. El cansancio, lo que uno va cargando y las dificultades para reinsertarse laboralmente hacen que uno busque estas salidas”. Agregó que su situación le resulta “muy complicada” porque se siente “una carga para amigos y familiares”.

En la causa, el ex secretario parlamentario está procesado por cohecho activo, por lo que deberá sentarse junto a los otros acusados para enfrentar el juicio oral. Ayer aseguró que aun así, el haber confesado le resultó un alivio. “Soy partícipe del cohecho como los demás, el tribunal oral verá qué hacer. Parte de mi dignidad la recuperé cuando hice esta denuncia; la otra parte la voy a recuperar cuando vuelva a trabajar”, sostuvo.

Para Pontaquarto, el procesamiento del ex presidente “confirma que De la Rúa estaba al tanto de los hechos y que existió la famosa reunión en su despacho de la Casa de Gobierno. Durante todo este tiempo se me trató de fabulador, me decían que la reunión no había existido”. El ex funcionario aseguró que después de declarar ante el juez, su vida se transformó “en un calvario”. “Si éste es el mensaje para el que habla, yo creo que va a ser muy difícil que alguien quiera volver a hablar.”