“Esto es imparable: lo sentí anoche cuando veía a los pibes mapuches, lo vi en millones que caminan: aparecieron los chicos del 2001.” Así, Víctor De Gennaro concluía el acto de cierre del Encuentro hacia la Constituyente Social, tras un largo fin de semana de debates y militancia. Tras bajar del escenario, dialogó con Página/12 sobre el futuro del movimiento, de la construcción de poder, de las expectativas electorales y de la nueva forma de hacer política que plantean.

–¿Por qué hizo hincapié en “los chicos del 2001”?

–Ellos son esta nueva experiencia política, un motor de transformación, así como nosotros fuimos los chicos del Cordobazo. Los veo en las marchas por los derechos humanos, en las nuevas organizaciones sindicales, en la lucha por el medio ambiente y por recuperar los recursos naturales.

–¿Cree que este proyecto está maduro para dar el salto hacia la arena electoral?

–No es un salto. Hay que construir. La construcción es el todo y lo electoral es parte de eso. Entonces no es que tenemos que dar ningún salto, tenemos que continuar organizando y cada vez ir a más. Ojalá que entre todos podamos tener una sola opción. Pero eso no es algo se salga por un decreto, es un tema de construcción. Imagino que estos debates se van a discutir entre medio millón de personas en los próximos seis meses: hay que aprender que la cuestión no se dirime entre dos o tres, se dirime entre millones.

–Hablaron de una reforma constitucional: ¿cuáles son los cambios que tienen en mente?

–Está todo en discusión: acá, hoy se ha lanzado un debate. Por supuesto que este debate va a ir confluyendo en los principales ejes: distribución de ingreso, democracia participativa, integración latinoamericana. Construimos la fuerza para saber los problemas de nuestra gente, luego habrá que ver cuales son los instrumentos. Yo no estoy de acuerdo con que el pueblo delibere y gobierne a través de sus representantes solamente. Estamos maduros para que el pueblo delibere y se gobierne a sí mismo.

Entrevista: N. L.