EL PAíS › OPINION
No hay palabras
Por HIJOS *
Qué palabra podría decir lo que sentimos en este momento. Ninguna. No hay palabras que le hagan justicia a tantas emociones.
El pañuelo de las Madres es más que un símbolo de resistencia. El pañuelo de las Madres lleva impreso todo el dolor del desgarro por los hijos desaparecidos. Lleva toda la bronca ante las puertas cerradas en la cara, los funcionarios hipócritas, los curas perversos. Lleva las suelas gastadas de tanto caminar esta plaza para exigir justicia.
Las Madres, esas mujeres gigantes por ser mujeres comunes, nos han enseñado más de lo que somos capaces de aprender. Nos han enseñado que se puede convertir el dolor en pasión, y la impotencia en una potencia arrolladora. Nos han enseñado que la mejor manera de luchar contra la impunidad es organizarse, y nos han enseñado que la organización es un trabajo cotidiano, difícil y con tropiezos. Nos han enseñado que una gota orada la piedra y que un millón de hormigas puede levantar a un elefante. Nos han enseñado que el amor es un arma poderosa de la que el enemigo no sabe cómo librarse.
Esperamos recibir con este pañuelo toda la historia que estas Madres han vivido y han sabido construir. Para nosotros las Madres no son blancas palomas que sólo entienden del dolor del hijo perdido. Para nosotros las Madres son mujeres que luchan, mujeres que hacen política, mujeres que se organizan para pelear por un mundo donde no exista el hambre, la desocupación, el desamparo, la tortura ni la muerte. Mujeres que saben de la dificultad de hacer confluir todas las voces en un mismo espacio. Mujeres que a veces se distancian, a veces se pelean, a veces se encuentran. Mujeres que saben que la resistencia no es un único acto heroico que luego se recuerda en fechas especiales. Mujeres que saben que la resistencia es todos los días, durante muchos días, hasta cambiar la historia.
Esperamos que la riqueza de estos 25 años de lucha nos puedan nutrir para encontrar los caminos que nos junten a todos, que nos ayuden a trenzar las banderas en este mundo diverso, y que nos iluminen para comprender que sin el compromiso de cada uno no habrá nunca un cambio para todos.
No más palabras, porque todas las palabras son pocas para expresar lo que sentimos en este momento. No más palabras porque a las palabras se las lleva el viento y queremos refrendar con nuestro trabajo cotidiano la responsabilidad de llevar este pañuelo. Simplemente, nos comprometemos aquí, ante todos ustedes, ante estas Madres valerosas, ante esta plaza que ha visto tanta historia, a intentar hacer honor a este pañuelo y llevarlo a la victoria.
* Palabras leídas por los integrantes de HIJOS (Hijos por la Identidad y la Justicia contra el Olvido y el Silencio) cuando recibieron el pañuelo de las Madres.