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Entre el son de los bombos y redoblantes, una caravana de secundarios porteños se movilizó a la Legislatura mientras el ministro de Educación de la ciudad rendía cuentas allí sobre el conflicto en las escuelas. Por más de tres horas, la protesta por mejoras edilicias en una veintena de establecimientos porteños, aumento del presupuesto educativo, becas y viandas libró batalla al agua y el frío del mediodía. También hicieron una radio abierta. Las tomas siguen en seis colegios.

“¿Macri está? No. Entonces, fuera, fuera Macri, ¡fuera!”, cantaban los jóvenes en ritmo murguero mientras desplegaban sus banderas a lo largo de la peatonal. En melodía de rock, los cánticos contra la política educativa de Macri rompieron la quietud matinal de los alrededores. Y las voces de protesta de los estudiantes del Mariano Acosta, Esnaola, Media 2 Parque Avellaneda, Falcone y Normal 1, entre otros, se fundían en una sola: “La lucha por la educación pública es una sola”.

En medio de rondas de mate y galletitas, armaron una radio abierta para difundir los problemas que existen en cada colegio: en el Normal 1 hay goteras, baños en mal estado y hasta se cayó una ventana que se colocó hace poco, contaron a Página/12, lo que demuestra “la mala calidad de los materiales”. Ellos están en “cuarto intermedio”, como la mayoría de los colegios. “El lunes volverán las tomas si no tenemos una respuesta contundente”, dijo una alumna de allí.

Bajo el agua, se escuchaba el golpe de los bombos y consignas como “el que no salta es del PRO”. En el medio del tumulto estaban también los jóvenes del Falcone. Ellos reclaman por el edificio sobre Malabia, que no funciona hace unos años y por el provisorio que está “en peligro de derrumbe”, no hay salidas de emergencia y tiene problemas con el agua y la luz. En una situación similar están los del Esnaola, que piden mejoras edilicias en donde tienen clases, y la construcción del edificio que les prometen hace años. Y en el Fader, que también esperan una obra. “Los plazos no se respetan”, contó una de las estudiantes.

Alrededor del mediodía se sumaron otros colegios como la Media 2 de Parque Avellaneda, que planean talleres recreativos para el próximo sábado con el Saavedra y el Yrurtia. También estaban los del Pellegrini, que depende del gobierno nacional, pero se unieron a la protesta.

La protesta estudiantil contó con la colaboración del gremio docente Ademys para el armado de la radio frente al edificio. Representantes de cada colegio pudieron expresarse frente al micrófono y, en algunos casos, bajo los paraguas y las banderas por la amenaza de la lluvia.

A viva voz, los jóvenes propusieron “salir” del reclamo particular y “extender” la movida a los colegios porteños de la periferia y a los bonaerenses. En otro tono, denunciaron a la Legislatura por “cómplice” de las políticas educativas. Y acusaron a Macri de ser “responsable” de que “la educación se caiga a pedazos”, aunque advirtieron que esta situación también se da fuera de la Capital.

“Nosotros queremos tener clase, que nos den en febrero, pero en condiciones dignas, en un colegio donde pueda estudiar”, sostuvo una estudiante.