Cierre. Luego de la jornada económica, hoy el cierre de la visita a Estados Unidos será a pura política internacional. La presidenta Cristina Kirchner pasó el encuentro bilateral que tenía previsto con el secretario general de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon, para hoy, cuestión de hacer todo junto. Luego hablará en la sesión en la que Argentina será electa para conducir durante el año que viene el G-77 más China. Por la noche emprenderán el retorno a Buenos Aires.

Capital. Un hombre de algunos años –un argentino que dijo haberse autoexiliado en Estados Unidos en los ’70– quiso hacerle una pregunta a Néstor Kirchner, pero le costó muchísimo redondear el concepto, en el que comenzó cuestionando el conglomerado urbano que eran Buenos Aires y los alrededores, para pasar a considerar perjudicial que estuviera “bajo el nivel del mar” y se inundara y comenzara a esbozar una extraña teoría sobre las ciudades ubicadas a un lado y al otro del paralelo 40. Kirchner buscó ayudarlo y le recordó que en su momento estuvo a favor del proyecto de Raúl Alfonsín de trasladar la Capital Federal a Viedma. Terminó diciendo que, alguna vez, cuando se superen los problemas más urgentes, la Argentina podría ponerse a debatir nuevamente esa cuestión.

Almuerzo. Néstor Kirchner almorzó con el presidente del subcomité para el Hemisferio Occidente de la Cámara de Diputados, el legislador demócrata por Nueva York Elliot Engel. El encuentro se hizo en la residencia del embajador ante la ONU, Jorge Argüello, y también estuvieron los gobernadores Sergio Urribarri y Gerardo Zamora. Hicieron un repaso sobre los principales problemas de la región, como la situación de Haití, y Kirchner le explicó la posición argentina y de la región frente a Honduras. Quienes participaron coincidieron en que hubo buena química entre ambos. Engel ya había estado en tres ocasiones con Cristina Fernández, pero nunca había podido reunirse con Kirchner. Como para quedar bien, Engel dijo que K era “el hombre indicado” para manejar la Unasur en este momento.