[cerrar]

Comparta esta nota con un amigo

E-Mail de su amigo
Su nombre
Su E-Mail

Una de las características de la producción rural, que suele dificultar la eficacia de las políticas públicas, es el alto grado de no registración o trabajo en negro en el que se desarrolla la actividad, particularmente en el caso de pequeños productores. Esto, a su vez, deja a la franja más vulnerable de productores más lejos del acceso a instrumentos como el crédito bancario e, incluso, a las compensaciones que se otorgan para equilibrar el menor precio que se paga por ciertos productos para evitar su impacto en la cadena alimentaria.

Una forma de intervención que puso en práctica la actual gestión oficial en el área agrícola, que a la postre resultó determinante para diferenciar posiciones dentro de la Mesa de Enlace, fue la creación de un instrumento denominado “fondo rotatorio”, una asistencia directa a los productores frente a necesidades específicas que se puso en marcha a partir de este año en diversas zonas del país.

El gobierno nacional aporta los recursos necesarios, por ejemplo, para la compra de semillas y fertilizantes, de modo que el pequeño productor pueda encarar las tareas de siembra. “Veníamos de tres años seguidos de sequía, con lo que en muchas zonas el pequeño productor no tenía forma de financiar una campaña que pintaba que iba a ser mejor”, recuerda un funcionario del sector. Ese fondo se asigna a los productores a través de una comisión local que conforman el municipio, la filial local representativa –generalmente, FAA–, la legislatura local y alguna otra expresión de las fuerzas vivas de la zona (profesionales, comerciantes, etc.). Como el monto adelantado se devuelve con la cosecha, los recursos recuperados constituirán un nuevo fondo que al año siguiente esa misma comisión mixta administrará y decidirá a qué se aplica. El gobierno nacional no reclamará su recuperación.

A partir de estos instrumentos, las filiales locales de Federación Agraria (incluso también algunas sociedades rurales locales, afiliadas a CRA) empezaron a involucrarse y trabajar con el gobierno nacional en estos nuevos instrumentos. El uso de esta herramienta permitió sustituir el uso de subsidios, una política rechazada por los productores porque suelen representar una ayuda por única vez que, una vez recibida, suele bloquear la posibilidad de volver a gestionar atención para un determinado sector o zona, suelen comentar por experiencia.