El 21 de octubre pasado, el director del Teatro Colón, Pedro Pablo García Caffi, decidió suspender la temporada de ballet. “Presentamos un recurso de amparo porque nos estábamos lesionando y nos sancionaron con el cierre de la temporada”, dijo a Página/12 Miriam Cohelo, primera figura del ballet estable del Colón. “Los pisos no están en condiciones, ni los del escenario ni los de las salas de ensayo: están llenos de irregularidades en la densidad, tienen desniveles y el escenario es muy duro”, detalló esta bailarina que lleva veinte años en el teatro.

“Me lastimé después de la gala de la apertura, el 24 de mayo; tengo lesiones en la espalda. Hay entre diez y quince bailarines con lesiones en la espalda, en las rodillas”, explicó Cohelo. “Es una tristeza muy grande, queríamos bailar, jamás encontrarnos con esta situación después de tres años y medio fuera del teatro. Pensábamos volver a nuestra casa. Nosotros lo que queremos es bailar, no estar pasando por este momento tan triste y encima lesionados”, explicó la bailarina.

Ciento dos personas integran el cuerpo de baile del Colón. Desde el 19 de mayo vienen reclamando por el estado del piso. Les prometieron “un piso arlequín”, una plataforma flotante que se pone por encima para poder subsanar los problemas derivados de una obra inadecuada, pero hasta ahora nada cambió.