EL PAíS › SIN DEFINICIONES SOBRE PESIFICACION EN LA CORTE
Volviendo de a poco y en calma
“Acá hay una quietud increíble”, dijo, burlón, un ministro de la Corte Suprema al terminar ayer el primer plenario de supremos del año. Si bien en la reunión hablaron sobre causas vinculadas a la pesificación –especialmente la que impulsa San Luis– y, aunque varios de esos expedientes cuentan con mayoría de firmas para disponer la redolarización de depósitos, no hubo definiciones. El nuevo integrante del tribunal, Juan Carlos Maqueda, pidió tiempo para estudiar los expedientes y aún no hizo su descargo ante las recusaciones que cuestionan su intervención en causas sobre el corralón.
Los ministros ayer hablaron de la necesidad de resolver el martes próximo los planteos contra Maqueda, que señalan que no puede ser juez y parte teniendo en cuenta que cuando era senador votó, entre otras cosas, la derogación de la ley de intangibilidad de los depósitos. De todos modos, el nuevo magistrado advirtió que quiere estudiar todos los temas cuidadosamente, y eso le puede llevar tiempo. Otro factor que puede demorar el fallo contra la pesificación es que el conjuez Santiago Kiernan –que vota en lugar de Enrique Petracchi– estaría por jubilarse y por lo tanto dejaría de intervenir.
Uno de los supremos, consultados por este diario, señaló que la causa que estaría más cerca de salir es la de San Luis, que reclama 247 millones de dólares acorralados y que cuenta con cotidianas insistencias de la gobernadora puntana, Alicia Lemme, ante el máximo tribunal. Por lo pronto, Julio Nazareno, Eduardo Moliné O’Connor, Adolfo Vázquez, Guillermo López y Carlos Fayt firmaron un proyecto para dictar la inconstitucionalidad de la pesificación en ese caso provincial que, de todos modos, no tendría efectos para ahorristas particulares.
Así las cosas, igual que desde hace meses todo sigue en el terreno de los vaivenes y las especulaciones, con el agregado de que ahora Maqueda —el hombre a través de quien el Gobierno de Eduardo Duhalde sentó sus bases dentro de la Corte– puede marcar el pulso a menos que en la reunión del martes próximo diga que se abstiene.