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- La ministra. El piquete que se ubicó en la puerta de la escuela Fray Mamerto Esquiú tenía mayoría de hombres. Entre las pocas mujeres, una se destacó por sobre las demás. Casi sin respirar gritaba en contra de la “proscripción” de Barrionuevo. Fue protagonista ante las cámaras y soportó la lluvia y el humo de las cubiertas incendiadas sin quejarse. Los militantes le agradecían la “polenta y la garra” y la apoyaban para que continúe “activando”. Algunos la llamaban “la ministra” y no era para menos, esta catamarqueña cuarentona y petisa se llama Graciela Camaño, como la esposa del senador. “No soy pariente, pero soy peronista como ella”, repetía con orgullo.

- Por sobre mi cadáver. El diputado radical Horacio Pernasetti quería encontrarse cara a cara con Barrionuevo. Para ello se anotó como fiscal de la mesa 7 de la escuela Naciones Unidas donde debía votar el gastronómico. El candidato del PJ no apareció. La noche anterior había anunciado que no iba a sufragar, pero Pernasetti palideció cuando vio que un grupo de militantes justicialistas ingresó en la escuela y se hizo de una urna para luego destruirla. El legislador saltó de su silla, abrazó la urna y resistió el tironeo para luego refugiarse en el cuarto oscuro. “Solo muerto me la sacaban”, le dijo a sus colaboradores satisfecho de haber defendido con éxito la caja de cartón.
- El retorno de los héroes. Durante la mañana, el justicialismo denunció la detención de al menos dos de los abogados que colaboraban con Barrionuevo. “Están desaparecidos”, aseguraban a los periodistas los hombres del gastronómico. Uno de ellos fue el candidato a senador Humberto Pinto, quien reapareció al mediodía y fue recibido por los que estaban en la sede del PJ como un verdadero héroe de guerra. El otro caso se trató de Julio Mazur, quien en realidad pasó buena parte de la mañana en una comisaría luego de que chocara con su auto. Igual sus compañeros lo vitoreraron cuando apareció para la conferencia de prensa del candidato justicialista.

- Botín de guerra. Barrionuevo convocó a una conferencia de prensa al mediodía para festejar el triunfo de su estrategia. Cientos de militantes se agolparon en la vieja casona que resultó rápidamente en estrecha. Con bombos y redoblantes festejaron cada una de las frases del gastronómico. Varios de ellos quisieron congraciarse con su líder y no dudaron en mostrarle a Barrionuevo como souvenir de la batalla peleada durante la mañana las urnas que habían arrancado de las escuelas. Algunos gritaban: “Acá están Luis para que votemos”. La frase hacía referencia a la advertencia que el sindicalistas lanzó durante el cierre del acto de campaña al decir que si no les permitían votar llevarían las urnas a las unidades básicas para hacerlo. Barrionuevo las vio, pero prefirió no hacer referencia a ello y siguió con su discurso como si nada.

- En las buenas, todos. Hasta casi el mismo momento en que suspendieron los comicios, el sector que responde a Ramón Saadi descreía de la estrategia pergeñada por Barrionuevo. Esa fue la razón por la que el ex gobernador pegó el faltazo al acto de cierre de campaña. Sin embargo, anoche, durante el acto que realizó el gastronómico para festejar el éxito de su movida, Ramón no dudó en ubicarse al lado de Barrionuevo. Saludó, sonrió y se abrazó más de una vez con el hombre que lo desbancó del manejo del peronismo catamarqueño.

- Expulsión. Marita Colombo es una de las senadoras nacionales por el Frente Cívico. Ayer, cuando los comicios ya se habían suspendidos convocó a los periodistas para anunciar su decisión de pedir la expulsión del también senador Barrionuevo de la Cámara alta. Casi sin respirar dijo que lo considera indigno de ocupar una banca por Catamarca. Antes de que algún periodista la pudiera interrumpir, dijo que “sepa este señor que una mujer catamarqueña le dice que no le tenemos miedo y que nos vamos a parar firmepara que usted realmente recapacite; o se vuelve democrático o se va para siempre de esta provincia”.