Después de derrotar al kirchnerismo en la elección legislativa de 2009, el peronista disidente Francisco de Narváez (foto) espera este domingo quedar bien posicionado para pelearle a Daniel Scioli la gobernación bonaerense. Nacido en Colombia y naturalizado argentino, el empresario y CEO de la ex Casa Tía dio los primeros pasos de su carrera política apoyando la postulación de Carlos Menem, en 2003. Dos años más tarde fue electo diputado nacional por el PJ, en el cuarto lugar de la lista que encabezaba Hilda “Chiche” Duhalde como senadora y que enfrentó a la de Cristina Fernández. Hace cuatro años, De Narváez fue candidato a gobernador bonaerense por primera vez. En aquella oportunidad estaba asociado al PRO que lidera Mauricio Macri y salió tercero con el 14,9 por ciento de los votos, detrás de Scioli y a dos puntos de Margarita Stolbizer, de la Coalición Cívica. Pero el salto a la fama de De Narváez se produjo en las últimas legislativas, en las que asociado a Macri y a Felipe Solá venció a Néstor Kirchner y Daniel Scioli, que figuraban entre los candidatos “testimoniales”. Quedó primero con el 34,5 por ciento de los votos, tras una fuerte campaña mediática, que incluyó apariciones con su imitador en el programa de Marcelo Tinelli. Con este impulso, el Colorado busca ahora repetir su última performance pero en una elección de cargos ejecutivos. De Narváez siempre tuvo una relación intermitente con Macri, que decidió bajarse de la carrera presidencial para reelegir en la Ciudad. Para subsanar la falta de candidato presidencial de 2007, esta vez el peronista disidente hizo una apuesta sorpresiva: se asoció con el candidato mejor posicionado de la Unión Cívica Radical, Ricardo Alfonsín, con quien conformó la Unión para el Desarrollo Social (Unión). En un principio la sociedad se iba a circunscribir solamente a la provincia de Buenos Aires, pero finalmente De Narváez se convirtió en el principal socio político de la UCR. En los últimos días el empresario reconoció que la alquimia con Alfonsín generó “resistencia”, pero sostuvo que finalmente lograron “cruzar el puente” y “seguir creciendo”. “Hoy cada vez más radicales de cuna nos acompañan, así como también peronistas”, sostuvo. Sin embargo, los bloques parlamentarios de Unión Celeste y Blanco y de la UCR seguirán funcionando por separado. “En la Legislatura no unificaremos los bloques, pero trabajaremos juntos en una agenda parlamentaria común, porque tenemos una mirada común respecto de lo que es la política y lo que la gente necesita”, explicó De Narváez.