El ex apoderado de la Fundación Madres de Plaza de Mayo Sergio Schoklender habló en una larga y promocionada entrevista a la revista Noticias sobre algo que ya había declarado y presentado ante el juez Norberto Oyarbide: la existencia de una cuenta a nombre de Hebe de Bonafini en la Caja de Asturias (España) y comprobantes “firmados por ella por retiros que, hasta el 2009, llegaban a dos millones de euros”. “La Justicia –agregó en la entrevista– debería averiguar cómo es que Hebe transfiere plata en negro desde allá, sin pasar por ningún control bancario. Eso sí es lavado.” Además denunció “coimas” en los programas de viviendas y que la Fundación de las Madres “financió” campañas electorales del oficialismo.

Luego cargó contra el juez federal que investiga la causa por “lavado de dinero” del programa Sueños Compartidos de las Madres, en el que Schoklender es el principal sospechoso y dueño de la empresa Meldorek –cuya propiedad había ocultado– que se encargaba de construir las viviendas que promovía la Fundación. “El Gobierno está digitando todo esto. Para salvar a las Madres a cualquier precio, están dispuestos a entregar a Sergio Schoklender”, aseveró.

Schoklender, que conoció a Bonafini cuando purgaba una condena por parricidio, afirmó que se decidió “a hablar” porque se habían “metido” con su familia. “Hay dos límites que les puse cuando me pidieron que guardara silencio: que garantizaran que las obras de Madres siguieran y que no le rompieran las pelotas a mi hijo o al colegio, porque no se lo merecen”, afirmó y agregó que se quedó sin abogados porque “la estrategia de ellos era tener paciencia y hacerle caso a Oyarbide y a lo que mandaba a decir la gente de Aníbal Fernández, que era dejar que esto se enfriara hasta octubre”.