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La presencia de personal de la Agencia Federal de Investigaciones en el reclusorio donde está alojado el represor Ricardo Miguel Cavallo en México, hizo que ayer se especulara con la concreción de su extradición a España. Por la tarde, el procurador general de la Nación señaló que aún no recibió la notificación oficial que le permitiría materializar la medida.
Los periodistas siguieron ayer todos los movimientos que podían proporcionar indicios sobre el viaje de Cavallo. Fueron alertados al mediodía con la presencia de tres policías de la Agencia Federal de Investigación que ingresaron al reclusorio de la capital mexicana donde Cavallo está preso desde agosto de 2000. Algunas versiones señalaban que el marino iba a ser enviado a Madrid en un avión de la Fuerza Aérea española que se encontraba estacionado en el hangar de la policía mexicana en el aeropuerto del Distrito Federal. Las autoridades aztecas se negaron a informar si el traslado sería en un vuelo comercial o privado pero fuentes judiciales señalaron que, por cuestiones de garantías civiles, el viaje debía hacerse en una línea comercial.
La falta de confirmación sobre los detalles del trámite se debería al pedido que Cavallo había hecho para que lo protegieran de la prensa, a la que considera “causante de su mala imagen internacional”. Ante la presencia de un avión preparado en el hangar de la policía, familiares y víctimas de la dictadura argentina fueron por la tarde al aeropuerto y colgaron banderas para despedir al marino. Luego el fiscal general de México, Rafael Macedo de la Concha, aclaró que desde el momento en que el marino quede a disposición de la Procuración, lo que aún no habría ocurrido formalmente, España tendrá 60 días para trasladarlo. Además, manifestó que el represor expresó temor por su vida y que se han tomado “estrictas medidas de seguridad para salvaguardar su integridad” .