Sábado, 29 de junio de 2013 | Hoy
EL PAíS › EL AUDIO QUE APORTO TN
La asombrosa denuncia originada en un columnista de TN se terminó de desmoronar ayer con la declaración de la doméstica, Dominga Torres, y la de algunos vecinos más del edificio. El periodista Ricardo Canaletti le grabó una conversación telefónica a una mujer que dijo llamarse Andrea, que aseguró vivir en el edificio de la calle Ravignani y que manifestó haber escuchado una fuerte discusión el lunes 10 de junio –día de la desaparición y el homicidio de Angeles– entre la propia Angeles y su madre, Jimena. La supuesta discusión –según la tal Andrea– ocurrió en un pasillo, fue escuchada por su hermana Beatriz y también por el portero Jorge Mangeri, además de dos personas más. El tufillo a falso se completó con el siguiente dato agregado por Andrea: que un rato más tarde, es decir el mismo lunes, apareció por el edificio un importante funcionario del gobierno nacional, quien le ofreció 25.000 pesos para no contar lo que había escuchado y que también el ofrecimiento se lo hizo a otros vecinos.
Canaletti no llevó la grabación –de evidente connotación política– al juzgado, sino que se la entregó a Pablo Lanusse, un hombre que ya estuvo en las listas de Francisco de Narváez. Lanusse es el abogado del padre de Angeles, Franklin Rawson, un hombre que encabeza una ONG destinada a argumentar a favor de represores.
El juez Javier Ríos y la fiscal María Paula Asaro constataron que el departamento en el que supuestamente vivía la tal Andrea está vacío desde hace cinco años. Y en la declaración testimonial que le tomó la noche del miércoles a gran parte de los vecinos constató que nadie conoce a ninguna Andrea ni a su presunta hermana. Tampoco hubo un solo vecino que escuchara la discusión a la que se refiere la denuncia.
Durante el día de ayer, la empleada doméstica de la familia, Dominga, dijo que ella estuvo toda la mañana en el departamento y que no hubo ninguna discusión. Es más, reiteró que “la Mumi”, como le decían a Angeles, no llegó al departamento después de la clase de gimnasia. “Se imagina que cualquier discusión yo la hubiera escuchado”, le dijo a la prensa.
Ayer también declararon algunos vecinos que repitieron lo que dijeron los demás habitantes del edificio: que no sólo no escucharon una discusión ese día, sino que nunca escucharon discusiones de tono subido en la vivienda en la que vivía Angeles. Por otra parte, todos los vecinos negaron que algún funcionario les hubiera ofrecido dinero y menos todavía que algún funcionario haya estado en el edificio el día de la desaparición y asesinato de la chica.
El juez y la fiscal desestimaron la denuncia y el propio Lanusse admitió que no tenía sustento: “Nada cambió”, dijo.
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