La tapa y contratapa de la publicación que sacó la entrevista al presidente de Uruguay.
Imagen: Télam.

El sistema político argentino es débil porque “son todos peronistas”. “Ser peronista es un sentimiento” en cuyo nombre se desatan guerras cotidianas. El Mercosur y el ALBA son aventuras provisorias. América latina nunca fue menos dependiente que ahora. Las manifestaciones en Brasil fueron “como una tormenta” que “pasó y chau”. La situación de los pueblos originarios va a mejorar “cuando seamos menos racistas”. No intentar controlar el mercado de la marihuana es ser “hipócrita”. Estas definiciones pertenecen al presidente uruguayo José Mujica y forman parte del último número de La Garganta Poderosa, una revista hecha por militantes y vecinos de villas de la ciudad y el Gran Buenos Aires. “Menos mal que la gente no lee diarios. Si fueran tan importantes, yo no hubiera llegado a ser presidente”, confesó el ex tupamaro, que accedió a posar gritando y con la camiseta “Pepe 100% villero”.

“Si yo fuera más joven me empadronaría en la Argentina y me hubiera dedicado a hacer política allí, pero como soy viejo... El pueblo argentino es bárbaro, le tengo una gran simpatía a la gente de abajo, y además la Argentina es una nación muy gravitante en América latina. Lo que más me sorprende es que tiene una intelectualidad y un desarrollo técnico-científico importante, con un grueso de población calificada y sin embargo tiene un sistema político... tan débil, por decir algo, que no me cierra”, confiesa. El sistema político “parecería no expresar el nivel de la sociedad o la capacidad que tiene. En Argentina, son todos peronistas”, va al grano. “Ser peronista es un sentimiento, nada más. Entonces, después tenés, en nombre de que es un sentimiento, una guerra por un lado y otra por el otro, y chau”, reflexiona desde su chacra en las afueras de Montevideo. Mujica repasa anteriores tapas de la publicación, se topa con el reclamo para que las ambulancias puedan ingresar en las villas y reflexiona sobre el jefe de Gobierno. “No se pueden enfermar, ¡está prohibido!”, rezonga. “¿Qué me generan estas cosas? Y... agárrenlo a Macri, pónganle una jardinera con un matungo y sáquenlo hasta la orilla”, aconseja.

Consultado sobre el ingreso de Uruguay a la Alianza del Pacífico, explica que “Pa’ bailar se precisan dos. Y Estados Unidos quiere hacer una alianza con el Pacífico para tratar de llegar a China. Si nosotros nos alejamos, menos influencia vamos a tener y estaríamos favoreciendo el trabajo de ellos. Así que tenemos que estar, por lo menos para estorbarlos”. “A veces vemos cosas distintas, pero yo no me confundo con los gritos. Nuestro lugar está en el Mercosur, pero el Mercosur es una aventura provisoria. El ALBA también es provisoria, porque lo fundamental es la unidad”, dice. “Nosotros tenemos una ventaja: somos chicos y podemos decir lo que pensamos, cosa que ni Argentina ni Brasil pueden. Entonces actuamos de francotirador”, explica Mujica, que es optimista sobre la región. “Estamos viviendo una hora que no pensábamos, porque nunca América latina estuvo tan cerca. Tan entre nosotros, tan menos dependientes de mirar al mundo, a Europa, a Estados Unidos, a otras partes”, celebra.

Aunque admite extrañeza frente a las manifestaciones en Brasil, no cree “que vaya a ningún lado”. “Mucho ruido, un espamento bárbaro, pero si no existe gente organizada, con funcionamiento colectivo, seguirán las manifestaciones convocándose por Internet. Es como una tormenta; vienen las nubes, pasó y chau. ¿Qué quedó? Ruido y hechos mediáticos”, arriesgó. “Está bien que la gente pida más salud o mejor enseñanza, sí, pero hay que comprometerse con eso y construirlo”, dice.

Respecto de los pueblos originarios, Mujica arranca con un mea culpa. “Los uruguayos somos un desastre con patas, no tenemos problemas con los nativos porque los hicimos paté”, admite. “A los pueblos indígenas los vamos a tratar mejor en la medida que no-

sotros seamos mejores y que tratemos mejor a los turcos, a los judíos, a los persas, a los que sea. Cuando seamos más abiertos a todo. Cuando seamos menos gringos, menos europeos, menos racistas”, resumió.

Mujica dice no haber legalizado la marihuana “porque es una plaga”. “El tema es que no queremos dejarle el mercado al narcotráfico, ni dejar a los gurises en banda. Entonces nos parece mucho mejor controlarla y ponerla a la luz del día.” Caso contrario, “lo que estamos haciendo es hipócrita, porque sigue habiendo narcos a los que les regalamos el mercado”.