Adriana Arce, sobreviviente de la última dictadura cívico-militar, declaró ayer ante el Tribunal Oral Federal Nº 1 de Rosario. Allí contó que perdió un embarazo por las torturas que recibió cuando estuvo cautiva en un centro clandestino de detención. “Me hicieron un aborto sin anestesia”, afirmó Arce ante los jueces Roberto López Arango, Lilia Carnero y Noemí Berros durante la audiencia oral por la causa conocida como Guerrieri II, en la que están acusados por delitos de lesa humanidad 12 militares y personal civil de Inteligencia retirados. La mujer habló sobre los tormentos que sufrió tras ser secuestrada el 11 de mayo de 1978, cerca de la terminal de ómnibus de Rosario, y trasladada al centro clandestino que funcionó en la ex Fábrica Militar de Armas Domingo Matheu. “Empezaron a pegarme y a picanearme, me dijeron que me desnudara”, y agregó “me ponían la picana debajo de las uñas, y así perdí a mi hijo”. La ex asesora del juez español Baltasar Garzón contó que “la patota” del Batallón 121, entonces dirigido por el ahora imputado Pascual Guerrieri, dijo que por el embarazo que cursaba “seguía con pérdidas, así que me hicieron un aborto, sin anestesia, sobre la mesa donde comían, donde me tenían de brazos y piernas. Yo me desmayé. Nunca más pude quedar embarazada”, le dijo al tribunal. Arce era militante sindical del gremio docente en Rosario cuando se inició la dictadura y corroboró que estuvo cautiva en la ex Fábrica Militar, en el Batallón de Inteligencia 121, y tras ser sometida a Consejo de Guerra de las Fuerzas Armadas, estuvo detenida en la cárcel de mujeres de Villa Devoto hasta recuperar la libertad. En la audiencia también declaró Juan Rivero, sobreviviente del centro clandestino de la ex Fábrica de Armas, quien entonces era cuñado de Arce.