Lunes, 14 de octubre de 2013 | Hoy
EL PAíS › CONSULTORES ANALIZAN LA INCIDENCIA DE LA SALUD DE CFK EN EL VOTO
Los encuestadores consultados coinciden en que la figura de la Presidenta venía subiendo en los sondeos de opinión desde antes de la intervención quirúrgica. Algunos creen que pueden registrarse cambios en la intención de voto.
Por Raúl Kollmann
Cuatro de los más conocidos encuestadores profundizaron en las consecuencias que podría tener la operación y la salud de la presidenta Cristina Kirchner en el voto del 27 de octubre. Todos coinciden en que la imagen de la mandataria ya venía subiendo, y que tal vez suba un poco más a raíz de la intervención quirúrgica. Sin embargo, la duda está planteada respecto del efecto en el voto. En ese terreno, las definiciones son difíciles, pero algunos sostienen que algún nivel de cambio puede haber.
Manuel Mora y Araujo, uno de los decanos de la consultoría política, considera que “es improbable que la enfermedad tenga un efecto significativo. Puede mejorar su imagen, pero eso no necesariamente se traduce en votos”.
“Parece difícil que muchos votantes que eligieron otros candidatos se vuelquen ahora a los del oficialismo por pena o simpatía hacia ella (que no es candidata). Podrán existir otras razones –por ejemplo, las campañas mismas–; pero por ahora no se ve un gran impacto en la comunicación de campañas.”
Analía del Franco, titular de la consultora Analogías, sostiene que “las situaciones de riesgo personales o familiares que puedan ocurrirles a presidentes o dirigentes políticos con trascendencia en un país, salvo que sea alguien con alto rechazo, generan empatía con la sociedad, acortan distancias, tienden a la identificación, los muestran también vulnerables”. En el caso de Cristina Fernández, desde el 11 de agosto hasta antes de su operación venía incrementando su imagen positiva en diferentes provincias, incluyendo la provincia de Buenos Aires: así es que su estado actual refuerza este apoyo y cercanía. En su caso, percibirla vulnerable es lo que más acercamiento le genera, en contraste con su habitual despliegue de fuerza, presencia y autoridad.
“Por otra parte –sostiene Del Franco–, no es la primera vez que la Presidenta se ve inmersa en una situación de este tipo sin consecuencias para la gestión, lo que implica tranquilidad y baja sensación de incertidumbre en la sociedad respecto de la conducción en el corto plazo.”
Del Franco abre un interrogante. “Esta situación de cercanía y mayor apoyo, ¿puede cambiar el sentido del voto de aquellos que votaron oposición el 11 de agosto? Es riesgoso aventurarlo. Sí es claro que provoca el descenso del nivel de animosidad frente al Gobierno y también el mal humor social. Consecuentemente puede mejorar la predisposición a escuchar por parte de aquellos habituales seguidores del Frente para la Victoria, hoy votantes de otros sectores. El perfil de éstos sería el de electores del Gran Buenos Aires, preferentemente de la tercera sección electoral, de nivel socioeconómico medio bajo y bajo estructurado, y de menos de 45 años. Desde ya que esto le brinda una oportunidad al oficialismo con las elecciones del 27 de este mes en la mira.”
Roberto Bacman, titular del Centro de Estudios de Opinión Pública, busca empezar por una mirada más general. “Vale la pena comenzar por el contexto. Sin lugar a dudas, la salud de un presidente es un tema que genera preocupación en la opinión pública. Y esta preocupación trasciende su propia imagen positiva. Al respecto sólo basta señalar que en una reciente encuesta, llevada a cabo por CEOP días pasados en Capital Federal y Gran Buenos Aires, el 69 por ciento de los consultados expresó que está ‘mucho o bastante preocupado’ por la evolución de la salud de la mandataria. Sin embargo, el 65 por ciento está convencido de que su convalecencia poco afectará al desarrollo de la gestión. Y estos resultados no deben extrañar a nadie: algo similar se detectó en enero de 2012, cuando debió ser sometida a una operación de tiroides.”
Bacman agrega que “con respecto a su imagen positiva, es muy probable que tienda a crecer. Tras la mencionada operación de tiroides, su imagen subió casi cinco puntos porcentuales. Es cierto que eran otros tiempos y otro contexto. Aunque no hay que perder de vista que la imagen de CFK viene creciendo desde mediados de agosto, tras las primarias. Finalmente, todo parece indicar que la enfermedad de Cristina no tendrá una relación tan determinante en la intención de voto. En una elección de medio término de renovación parlamentaria pesan mucho más los factores propios de cada provincia. Pero puede haber excepciones a esta regla. Y tales excepciones habrá que buscarlas en algunos distritos (por ejemplo, la provincia de Buenos Aires y Santa Fe), donde el voto kirchnerista aún tiene ciertas probabilidades de crecimiento y mayor potencialidad de desarrollo. Pero hasta el momento son sólo hipótesis; será necesario esperar algunos días para analizar con mayor precisión los resultados de las encuestas”.
Ricardo Rouvier considera que “es muy difícil poder dar una respuesta precisa dada la naturaleza de la pregunta. En la definición o cambio del voto influyen diversos y múltiples factores que no se presentan de manera tan individualizada, que facilitan su aprehensión empírica. Sí podemos decir que el episodio de la salud presidencial no va a ser negativo para el Gobierno, no hay ningún motivo para ello. Lo que observamos es que desde hace unos meses la imagen positiva de CFK está creciendo, y en los últimos días se aceleró su evolución favorable. Siempre en función de la pregunta, agregamos que se observa que la imagen presidencial se está separando de lo electoral y que la estrategia actual del kirchnerismo, de que la Presidenta no esté tan directamente involucrada en la campaña, confirma cierta independencia entre la performance del FpV el próximo 27 de octubre y la popularidad presidencial. Y esto lo está registrando la opinión pública”.
“La cuestión de salud que preocupó a la mayoría de la sociedad –agrega Rouvier–, a medida que pasen los días y que la recuperación se produzca normalmente, tal cual está previsto, tendrá menor impacto en la atención ciudadana y sus posibles efectos en el voto serán nulos. Las aparatosas campañas de prensa destinadas a debilitar la armonía entre Gobierno y gobernabilidad durante el período de licencia de la Presidenta exhiben su esterilidad y son contrarrestadas por una opinión pública que no está preocupada por esa cuestión. El voto del 27 está liberado de factores extraelectorales que puedan incidir en su orientación.”
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