EL PAíS › EL CONTROL PARA LOS PERIODISTAS EN LA CASA BLANCA
Como Mamá Cora, pero hablando inglés
Por Fernando Cibeira
Mary Massarini es una mujer de setenta largos, se viste con una especie de batón, usa zapatillas blancas y camina ayudada por un grueso bastón de madera. Pasaría por la versión americana de Mamá Cora, si no fuera porque con su carpetita azul bajo el brazo maneja quién entra y quién sale de la Casa Blanca y en qué espacio deben moverse los periodistas extranjeros, que muchas veces se quieren pasar de listos y hay que hacerles entender a los gritos, como hizo ayer varias veces con los argentinos.
Una vez chequeado que el periodista forme parte de la estricta lista de Mary, el ingreso a la Casa Blanca se realiza por una puerta enrejada sobre Pennsylvania Avenue, con el consabido, severo, registro de metales. La franja derecha del sendero que conduce hacia la West Wing la ocupan las cámaras de televisión de las cadenas internacionales, identificadas por los paraguas que los protegen del sol, ayer mortal: CNN, NBC, ABC News, Reuters Television.
El ingreso de los periodistas argentinos coincidió con una conferencia de prensa del vocero de la Casa Blanca, Scott Mc Clellan. Repitiendo como en un casete insoportable el discurso de George Bush sobre Saddam, Mc Clellan habló del gobierno argentino. “El presidente Bush apoya los esfuerzos del presidente Kirchner para encarrilar la crisis”, respondió.
Terminó la conferencia de prensa y de vuelta al sol para esperar la llegada del presidente Kirchner y su comitiva. La que se encargó de avisar que estaba al llegar fue Mary, alzando su bastón para que nadie se acercara. “He’s coming down, He’s coming down”, anunció, mientras la limusina negra con la banderita argentina asomaba la trompa.