SOCIEDAD › EL PADRE DEL FUTBOLISTA, LIBERADO TRAS LA DETENCION DE DOS HOMBRES
Una fuga que ayudó a liberar a Astrada
El desenlace no fue el resultado de una investigación policial sino de la audacia del empresario que escapó de su lugar de cautiverio. Astrada fue liberado en la madrugada de ayer. La familia dice que no se pagó rescate. Hay dos detenidos y ocho prófugos.
Por Horacio Cecchi
El secuestro que tenía en vilo al país, el del padre del riverplatense Leonardo Astrada, quedó resuelto ayer a la madrugada, luego de que Rubén Astrada se comunicara con su familia desde Villa Adelina para decir: “Estoy libre”. Resuelto, pero a medias: hay una lista de sospechosos aún no detenidos. Y la liberación no fue obra de ninguna brigada de expertos sino el resultado de una carambola del destino y del arrojo de otro rehén. En la misma casa del barrio Victoria, de Moreno, donde mantenían cautivo a Astrada se encontraba secuestrado el empresario Juan Carlos Cirielli. Alrededor de las 18 del martes, Cirielli logró escapar. Luego de comunicarse con la policía y revelar la presencia de Astrada, un gigantesco operativo, incluidos helicópteros y fuerzas que rodearon todo el barrio, cayó sobre la vivienda. Detuvieron a dos hermanos pero a Astrada no lo encontraron. Recién ocho horas más tarde, el padre del futbolista aparecía en Villa Adelina. La familia asegura que no pagó rescate. Curioso: pese al gigantesco operativo de rescate, un tercer integrante de la banda logró fugar a pie saltando tapias por el fondo. La banda estaría conformada por otros ocho integrantes, que están prófugos.
Rubén Astrada permaneció encerrado en un garaje, en los fondos de una vivienda ubicada en Paraguay al 6400 y Hughes, del barrio Victoria, en Moreno (ver aparte), durante la mayor parte de los 26 días que duró su cautiverio. El lugar se encuentra a unas veinte cuadras de donde fue mantenida como rehén Florencia Macri. Según declaró Rubén más tarde, lo tuvieron sujeto con “una cadena al pie derecho y otra al brazo derecho. Fue desesperante, no pasaban las horas. Estaba las 24 horas del día con los ojos vendados”. En los últimos días, una fuerte gastritis producto de los nervios obligó a los captores a trasladarlo hasta algún lugar desconocido, quizás para su atención.
Pero en el mismo garaje donde era retenido Astrada, la banda mantenía cautivo a Juan Carlos Cirielli, dueño de una cadena de supermercados, secuestrado 41 días antes. A Cirielli lo dejaron solo. El empresario aprovechó para aflojar las tuercas de los grilletes que lo sujetaban y escapó. Caminó cuatro cuadras y tomó un remise que lo condujo a uno de sus supermercados, sobre la avenida Gaona, en Hurlingham. Desde allí se comunicó con la policía. La 2ª de Hurlingham pasó a buscar al empresario y lo derivó a la comisaría 1ª de Moreno. A esa altura, los policías no sólo habían confeccionado un plano tomado de la memoria de Cirielli para detectar el lugar donde lo mantuvieron secuestrado, sino que contaban con un dato sorprendente revelado por Cirielli: en el mismo lugar había estado encerrado Astrada.
Alrededor de las ocho de la noche, un inmenso operativo con helicópteros y patrullas de todos los colores rodeó el barrio, tras una urgente orden de allanamiento concedida por el juez federal de San Isidro, Roberto Marquevich. La Bonaerense tomó por asalto la casa de Paraguay al 6400. Allí fueron detenidos los hermanos Carlos y Fernando Vera. Pese al despliegue policial, un tercer integrante de la banda escapó a pie y saltando tapias por el fondo de la casa. La sospecha desatada fue descartada por el comisario Angel Casafús, jefe de Investigaciones de la Bonaerense. “No tenemos datos de que haya personal policial en la banda”, dijo. De todos modos, la hipótesis de la banda mixta es una línea investigada. Dentro del garaje (ver aparte), la policía halló varios pares de guantes de cirugía y otros elementos, pero de Rubén Astrada, nada.
A partir de entonces se abrió un vacío de extensión variada según la versión de que se trate. Según un investigador, a las 4 de la madrugada Rubén llamó a su casa para anunciar que estaba libre. La llamada quedó registrada en una grabación que consta en la causa. Según Leo Astrada, la llamada se realizó tres horas antes. Y las versiones difieren según el mismo Rubén, quien una vez declaró que se había escapado y en otra ocasión, que lo habían dejado ir después de trasladarlo hasta Villa Adelina. Ayer, a última hora, durante la declaración de Astrada ante el juez Marquevich, se intentaba aclarar el agujero negro y las versiones.
El secuestro de Astrada fue obra de profesionales. Pero la cara profesional de la banda quedó triturada por las evidencias: Cirielli fue dejado solo. “En los últimos casos –reveló un experto– se viene dando que los profesionales organizan y cometen el secuestro. Y después dejan al cuidado a mano de obra baratísima. Gente marginal, demasiado fresca para una cosa así, a la que le alquilan el lugar. Les sale más barato pero la seguridad se les resiente”.
Al menos existen dos pruebas del vínculo entre los secuestros de Cirielli y Astrada. Una se basa en el relato del empresario, que aseguró haber visto a su compañero de penurias en el garaje de Moreno. Astrada dijo desconocer la presencia de Cirielli, pero el supermercadista aseguró también haber escuchado cuando Astrada grababa un mensaje a su familia, repetido varias veces porque se encontraba muy nervioso. El otro vínculo son dos tarjetas telefónicas. A través de los códigos marcados para habilitar la llamada, descubrieron que las tarjetas fueron vendidas en el mismo lugar, tenían numeración sucesiva y fueron realizadas desde el mismo celular. Una de ellas fue usada para comunicarse con la familia Cirielli y la otra con los Astrada.
Otro detalle curioso fue una conferencia de prensa supuestamente convocada por Leo Astrada para ayer al mediodía y que luego el jugador se encargó de anular. “No quería una conferencia –reveló a Página/12 una fuente del caso–. Pidió que lo conectaran con un periodista para pasar durante la entrevista un mensaje en clave a los secuestradores. Y en River entendieron mal y le armaron una conferencia de prensa.” Es posible que el mensaje cifrado fuera para decir que ya estaba todo dispuesto para entregar el rescate, que era de 800 mil dólares. Pero casi desorbitado Astrada anuló la conferencia. “El martes estuvo destruido”, reveló la fuente. Quizá porque veía derrumbarse el pago del rescate. Ayer, tras la liberación de Rubén, los investigadores aseguraron que la familia no había pagado.
Aún más curiosa fue la declaración de Cirielli al regresar a su casa, en Villa Tesei, ayer durante la tarde. Los movileros que lo aguardaban en la puerta le preguntaron sobre la hazaña del escape y el empresario sorprendió a todos: “No me escapé. Me dejaron en libertad. Me trataron muy bien”, dijo. Fuentes del caso aseguraron a este diario que Cirielli escapó y que “tiene miedo de una vendetta. Por eso dijo lo que dijo”.
Ayer, a última hora, Rubén Astrada declaraba ante Marquevich. Hoy serán indagados los hermanos Vera.