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Gustavo Vega será a partir de ahora uno de los amigos más populares del intendente de Quilmes. Ayer, durante la mañana, casi clandestinamente, entró al juzgado federal de Bariloche para hacer todo lo que debe hacer un amigo: presentarse ante el juez como dueño y único responsable de la combi Ford Transit robada que llegó hasta esa ciudad conducida por Fernando Geronés. Ni Vega ni Geronés declararon, pues el juzgado pasó la audiencia para esta mañana. Vega no sólo es amigo de Geronés: es uno de los proveedores polirrubro más antiguos de la comuna. Entrega las raciones de comida del hospital público de Solano, ofrece artículos de librería y a través de su esposa maneja una pequeña empresa de servicios de trasporte para el municipio conducido por un intendente que está procesado por una estafa millonaria en una causa donde la Justicia investiga (justamente) a sus proveedores.
El intendente de Quilmes pasó otro día de sus frustradas vacaciones en Bariloche. A los medios locales les aseguró que después de la declaración suspendería el descanso y la estadía en esa ciudad. Todo indica que eso ocurrirá esta tarde, cuando termine con los trámites legales en el juzgado federal Leonidas Moldes. En este momento, allí está el expediente que remitió la Policía Federal con los antecedentes de la combi robada. El subcomisario Daniel Navarro giró hacia ese juzgado el título de propiedad del vehículo y la tarjeta verde adulterados, dos elementos que permiten abrir una causa por adulteración de documentos públicos, una de las tres que ahora están pendientes.
“No es sólo una causa en la que está involucrado Geronés”, le dijo Navarro a Página/12. “Por lo menos hay otras dos que están abiertas y por las que tendrá que demostrar que no es responsable.” El subcomisario se refirió así a la causa por adulteración de documentos y a otra abierta en el ámbito de la Justicia provincial, en el despacho de Silvina Margarita Baquero Lazcano. En ese juzgado se tramita un expediente por el robo. Allí están los datos que aportaron los peritos de la federal con las pruebas de la numeración del chasis y del motor sustituidas. Además de esas dos causas, existe otra por “el encubrimiento de todas las maniobras que se hicieron para alterar la documentación original del vehículo robado”, explicó el subcomisario.
Desde el instante en el que quedó retenido en Bariloche, Geronés se puso a disposición de la Justicia para explicar su versión de la historia. Esa versión indica que la combi que usó para trasladar a su mujer, a sus cinco hijos y a dos novias no era suya sino de un amigo. No dijo el nombre y en ocasiones no lo llamó amigo sino conocido. Marcelo Catalano, uno de los abogados de Bariloche, ya tomó a cargo la representación del amigo.
Gustavo Vega es desde hace unos diez años proveedor de la Municipalidad de Quilmes. Con su esposa, Gabriela Apeld, manejan una suerte de pool de servicios de todo género. Son los proveedores de las raciones de alimentos del hospital de San Francisco Solano, entregan artículos de librería a través de la Dirección de Almacenes de la municipalidad y también alquilan una pequeña flota de vehículos. La flota estaría compuesta por dos combis similares a la de Geronés y por dos colectivos.
Rubén Vicente es uno de los concejales de Quilmes, autor de la denuncia por malversación de fondos y asociación ilícita que lleva adelante el fiscal Alfredo Samprón. Esa denuncia terminó con el procesamiento de Geronés por una estafa cercana a los 12 millones de pesos. Esta nueva causa por la camioneta robada podría terminar en su detención.
Vicente recibió en estos días alguna documentación que le permite decir, en este momento, dos cosas sobre Vega: “Que sus vehículos trasladan jubilados y escolares de una escuela de discapacitados de Quilmes”. Y que por ese servicio, “la comuna paga seis mil pesos por vehículo por mes: es decir –dice Vicente– 24 mil pesos en treinta días”.
Geronés estará en el juzgado federal durante la mañana. Después, tal vez, regrese a Buenos Aires, donde además de intendente es candidato asenador por la UCR, una candidatura que en este momento goza de poca popularidad entre sus escandalizados correligionarios.