EL PAíS
El orgullo de Alfonsín
Raúl Alfonsín dijo sentir “orgullo” por haber aprobado durante su gobierno las leyes de Obediencia Debida y Punto Final, al entender que “salvaron la democracia” y aconsejó “a todos que tengan más prudencia” en los juicios contra los represores.
“Tengo orgullo de haber aprobado las leyes de Obediencia Debida y de Punto Final”, sostuvo el ex presidente en un reportaje publicado por el diario O Globo de Brasil en el que argumentó que cuando la aprobación de las leyes, había un “muy tenso” momento político. “Ahora el panorama es diferente. Si el Supremo Tribunal decide declarar que son inconstitucionales, yo no me voy a oponer”, agregó.
Para el ex mandatario, el factor que instituyó la impunidad fue el indulto firmado por Carlos Menem y no las leyes de Obediencia Debida y Punto Final. “Nosotros condenamos a los jefes militares. En la época en que las leyes de Obediencia Debida y Punto Final fueron aprobadas, había solamente 20 militares que estaban siendo procesados y fueron beneficiados. El indulto concedido por Menem fue, sí, un acto en favor de la impunidad y debería ser anulado’’, dijo.
Pero al mismo tiempo recomendó “prudencia” con los juicios que puedan abrirse a partir de la anulación de las leyes del perdón. “Existen casos que precisan ser juzgados, pero eso no quiere decir que todos los militares que sirvieron a la dictadura militar deben terminar en los tribunales.” Sobre la crisis política, económica y social que sufre Argentina, consideró que el país ya está en proceso de recuperación, pero que necesitará de muchos años para volver totalmente a la normalidad.
Kirchner, agregó Alfonsín, representa “la última oportunidad de Argentina para derrotar a la derecha que nos está rondando: el neoliberalismo, las presiones ejercidas por Estados Unidos, los organismos internacionales de crédito y la globalización son aliados de concepciones egoístas que defienden, entre otros, los intereses de los empresarios y olvidan a los trabajadores”. Aseguró, sin embargo, que Kirchner debería consultar más a los políticos antes de tomar decisiones difíciles. “Hasta ahora, atacó blancos menores, que nadie defendería, como los militares acusados de violaciones de derechos humanos. Vamos a ver qué ocurrirá cuando tenga que enfrentar blancos como los acreedores afectados por la moratoria, las empresas privatizadas, el sector financiero y los Estados Unidos.”