EL PAíS › DE DONDE SALIO EL DOCUMENTO DE LA PANSEGURIDAD
La Argentina no lo comparte
Por M. G.
El gobierno argentino se propone diferenciar la seguridad del desarrollo humano y evitar la militarización de los problemas regionales, informó a Página/12 un funcionario que pidió reserva de su nombre. Dijo que ése será el sentido del discurso del canciller Rafael Bielsa el lunes en México.
En la Cancillería el criterio ya fue fijado por el ministro Rafael Bielsa, el vice Jorge Taiana y el director de Seguridad Internacional, Carlos Sersale.
Un diplomático latinoamericano con gran conocimiento de la OEA relató a este diario el origen multifacético del documento que se describe en estas páginas. Confluyeron los intereses de Canadá, los países del Caribe y Estados Unidos.
Canadá estaba en busca de un liderazgo en temas sociales que no chocara con el liderazgo estratégico de Washington. Para eso tomó temas del índice de desarrollo humano que construye todos los años el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). El IDH no se queda en el Producto Bruto, y ni siquiera el Producto Bruto per cápita, sino que toma en cuenta los índices sanitarios, la calidad educativa, el ingreso y la vivienda.
Los países del Caribe querían cualquier agenda que les permitiera conseguir algo de los cada vez más escasos fondos de la asistencia internacional. Por eso, cuanto más amplia mejor.
Y Estados Unidos procuraba, como sucede desde 1998 y con mayor fuerza desde los atentados del 2001, que el terrorismo y el narcotráfico quedasen como la gran hipótesis de conflicto.
En un mensaje dado en marzo ante el Congreso de su país, el general James T. Hill, jefe del Comando Sur de Estados Unidos, que se encarga de la relación con América latina, dijo que el gran blanco en América latina es lo que definió como “narcoterrorismo”. La respuesta es sobre todo militar, y debe contestar el hecho de que “el 90 por ciento de la cocaína que llega a Estados Unidos se produce en Colombia”. Eso sin hablar de la heroína cuya producción va virtualmente entera al mercado norteamericano. Como en el mensaje de Hill no hubo ninguna referencia a la distribución de cocaína en Estados Unidos, la conclusión es que el objetivo militar es combatir la oferta de droga y no la demanda. Y la única forma de pelear es el uso de las Fuerzas Armadas.