EL PAíS › IBARRA ANALIZA LAS CONSECUENCIAS DE LA CONFESION
“Ahora es el mani pulite”
“A partir de ahora, en términos judiciales no hay ningún tipo de excusas: es la oportunidad para el ‘mani pulite’ que muchas veces se anunció en la Argentina.” El jefe de Gobierno porteño, Aníbal Ibarra, analizó así la confesión del ex secretario administrativo del Senado Mario Pontaquarto. Ibarra cobró un protagonismo especial en el caso porque esta semana se reunió con Pontaquarto por pedido del propio arrepentido en el caso de los sobornos. Según contó Ibarra, la reunión fue “entre el lunes y el martes”. “Le planteé que fuera a la Justicia y a la Oficina Anticorrupción y le dije que si él no iba, iba a hacerlo yo, porque no hay marcha atrás”, señaló el jefe de Gobierno.
Ibarra contó que no conocía a Pontaquarto de antes y que después de la entrevista le trasladó la novedad al jefe de Gabinete, Alberto Fernández. “Pontaquarto pidió verme, yo no lo conocía, vino a través de un legislador de la ciudad (Daniel Bravo, que da detalles de su rol en la página 3). Pensaba relatar todo lo que había ocurrido, que él había transportado la plata. Era una carga que no podía soportar. Con Alberto Fernández coincidimos en que fuera a la Justicia. El me aseguró que el Gobierno va a apoyar la investigación hasta las últimas consecuencias”, dijo Ibarra.
Luego de contar su reunión con Pontaquarto, el jefe porteño aseguró que el caso de los sobornos en el Senado es “uno de los hechos más graves en términos de corrupción dentro de la democracia”. “Se conocía a nivel popular, pero nunca se llegó al fondo por falta de voluntad política y judicial. A partir de ahora, en términos judiciales no hay ningún tipo de excusas: es la oportunidad para el ‘mani pulite’ que muchas veces se anunció en la Argentina. Sobre un hecho que ocurrió no hace tanto tiempo, pero que involucra a muchos funcionarios que están en funciones. Ahora hay un juez que con todo lo que tenía en la causa, más este testimonio, ya tiene todas las condiciones para actuar”, aseguró Ibarra. Finalmente, el ex frepasista consideró que la confesión de Pontaquarto abre “un punto de inflexión para cambiar en serio y mejorar la calidad institucional”.