EL PAíS
Lo dice el ex embajador
“Más de una vez sospecho que las autoridades prefieren que nunca se identifique a los autores del atentado, por temor a posibles problemas internos, como el de divulgar qué células antisemitas están enquistadas en los elementos uniformados del país. Los carapintadas son el ejemplo de lo que digo”. Estas duras palabras fueron dichas al periódico Nueva Sión por quien fuera embajador de Israel en la Argentina cuando se produjo el atentado. Las frases de Itzhak Shefi no tienen desperdicio.
“¿Quién difundió el cuento absurdo de que la policía que custodiaba la entrada a la Embajada no se encontraba en el momento del atentado porque me acompañaba en una entrevista que yo tenía fuera de la embajada? ¿Desde cuándo un embajador es acompañado por un guardaespaldas uniformado? La ausencia de los policías en la puerta evidencia lo siguiente: no me caben dudas de que hubo quienes sabían exactamente el día y la hora del atentado”, acusa Shefi.
En otro tramo de sus reflexiones a Nueva Sión, el ex embajador se pregunta: “¿Quién estuvo interesado en difundir la teoría de la supuesta implosión, propuesta por peritos de la Academia de Ingeniería? No me cabe duda de que la iniciativa de este peritaje no fue de los propios expertos”. El tramo obviamente sugiere que hombres de la Corte, en especial el instructor Horacio Bisordi y algunos magistrados del máximo tribunal, fueron los que insistieron en esa hipótesis pese a que la Policía Federal y la Gendarmería, en sus respectivos informes, indicaron que el atentado se cometió con una camioneta Ford F-100.
“La gente que estaba en la embajada no estaba en ninguna trinchera. Todos los transeúntes, los habitantes del vecino hogar geriátrico, y el sacerdote que falleció, eran gente de paz. Todos eran gente simple, que no iban armados ni tenían convencimiento alguno de que aquel día sería su último día”, concluyó Shefi.