EL PAíS › ARSLANIAN DESPLAZO AL JEFE DE ASUNTOS INTERNOS
Control a los que controlan
Por H. C.
Como lo había anunciado al asumir como ministro de Seguridad bonaerense, ayer León Arslanian desplazó al jefe de la Auditoría General de Asuntos Internos, Antonio Amoretti, y colocó en su lugar al abogado Ricardo Colombo, teniente coronel retirado (uno de los 33 Orientales) y hasta hace poco funcionario en el área de Seguridad Interior nacional. Asuntos Internos es una oficina compuesta por civiles, oficina clave porque en ella se auditan (o deberían auditarse) las actuaciones por sumarios que realiza la Bonaerense sobre sus hombres. En la jerga, la oficina es conocida como Asuntos de la Interna porque allí se decidían los sumarios a los enemigos de la cúpula y se limpiaban los legajos de los amigos. Este diario publicó en una serie de notas, en qué consistían los premios y castigos de A. de la I.
En el área de Seguridad bonaerense funcionan en realidad dos oficinas. Una, la Dirección General de Asuntos Internos, como parte de la estructura de la Bonaerense. A la cabeza se encuentra el comisario Jorge Smith que nada tiene que ver con el polémico Claudio Smith, delfín del Chorizo Rodríguez. Esa dirección, compuesta por uniformados, está encargada de abrir sumarios por faltas del personal, aportar los datos a la Justicia y trabajar como auxiliar de las fiscalías en las investigaciones sobre el personal.
El descrédito y la serie de malabarismos realizados para cubrir las faltas graves de los jerarcas llevaron a la creación de una auditoría externa, durante la gestión en Seguridad de Juan Pablo Cafiero, dependiente en forma directa del ministro. La oficina, conformada por civiles, se denominó Auditoría General de Asuntos Internos porque su objetivo primordial debía ser auditar los sumarios e investigaciones sobre el personal, un recurso para controlar que los uniformados que investigaban a uniformados no terminaran protegiéndose a sí mismos.
A la cabeza de la Auditoría General fue colocado Antonio Amoretti. De la Auditoría General dependían las oficinas de Asuntos Internos, de Control de la Corrupción y el Tribunal de Etica. Este diario publicó en febrero, abril y diciembre del año pasado una serie de notas en las que quedó demostrado que el objetivo primordial pasó a ser secundario o formal y que parte del personal de Asuntos Internos había conformado una oficina paralela con la que cobraba el cajoneo o la “pérdida” de sumarios, la limpieza de un legajo para ameritar un ascenso, o el simple cobro de coimas para que no se “armara” un sumario, eufemismo de inventarlo.
Incluso, la Justicia platense detuvo a principios de 2003 a un auditor de Asuntos Internos, Roberto Giordano, y a una ex secretaria judicial exonerada, Elsa Serrano, sospechados de cobrar coimas a uniformados.
En su asunción, Arslanian puso el acento sobre la Auditoría General y anunció que las tres oficinas que la componían serían autónomas. Ayer dio el primer paso. Despidió a Antonio Amoretti. La explicación oficial fue un lacónico “por razones operativas”. En su lugar fue designado el abogado Ricardo Colombo. Según fuentes de Seguridad, Colombo se desempeñaba como director general de Coordinación y Análisis Delictivo, en el área de la Secretaría de Seguridad nacional. Fue asesor en la Comisión de Seguridad de Diputados. Colombo fue, además, ex asesor en el área en la Secretaría de Seguridad durante la gestión de Andrés Antonietti en los ’90.
En otro paso anunciado, mañana el gobierno bonaerense publicará una solicitada para convocar a la incorporación para la nueva Policía del Conurbano.