EL PAíS › LA INTERNA DE LOS UNIFORMADOS Y EL GOBERNADOR
La bomba de tiempo policial
Por E. T.
“No mataron a nadie de casualidad. No tenga dudas de que lo están apretando al gobernador. Por eso les dispararon a los periodistas. La idea era tirarle un muerto al Alberto (Rodríguez Saá)”, confía a este diario un ex integrante del staff policial de San Luis, dando cuenta de la interna que por estos días revuelve a la policía local. Por cierto lo hace pidiendo la reserva de su nombre. La versión es desmentida desde los despachos oficiales, para los que dicha interna “no existe”. Reconocen cierto malestar producto de la discusión de un nuevo estatuto policial, pero insisten en decir que los uniformados están bajo control. También niegan que después de haber ordenado la represión la policía haya desconocido una orden de los funcionarios políticos de retirarse de la calle. Ambas miradas aportan un dato más a la crisis. Con el agregado terrorífico que producen 1200 hombres armados sin control.
Para los funcionarios locales esto no pasa de ser una campaña desestabilizadora. “Hay muchísimos operativos de prensa que tienen como único objetivo desestabilizar al gobierno provincial. No hay internas dentro de la policía”, comenta a Página/12 el viceministro de la legalidad, Eduardo Allende. “No le voy a negar que estamos discutiendo con la fuerza un nuevo estatuto policial. Pero la discusión es racional. Acá no hubo acuartelamientos, ni planteos, ni nada parecido”, concluye.
El funcionario incluso insiste con la teoría de los “provocadores”, esgrimida por Alberto Rodríguez Saá en su mensaje televisivo del sábado. Afirma que varios jóvenes que tenían entre 19 y 25 años, que estaban encapuchados y con palos, fueron detenidos con bombas molotov. Dice que fueron identificados y que se trataba de gente de San Luis. Eso sí niega rotundamente que hubieran podido ser contratados por algún grupo policial. En su interpretación éstos fueron los responsables de los destrozos.
Sin embargo, este diario pudo hablar con un joven de 16 años que presenció cómo un policía que integraba el grupo de las fuerzas de choque que llevaba adelante la represión rompió la vidriera de la boutique María Camila, en la avenida Illia de la capital puntana. “Yo estaba en la plaza. Por la calle San Martín hacia la plaza venía corriendo la gente y atrás la policía. Venían tirando gases y disparando. Yo corrí. Empezamos a correr por la avenida Illia. La gente le tiraba piedras a la Casa de Turismo. Los policías avanzaban en grupos de a cuatro y pegados a la pared. En una de esas me doy vuelta y veo cómo un policía va para atrás y con la culata de su arma rompe las vidrieras. Tiró el vidrio y volvió con su grupo.”
Los jóvenes fueron víctimas de la represión del fin de semana. La policía no ocultó su encono. Cuando Elisa Sosa, productora de FM Dimensión, logra encontrarse con su hijo en la comisaría primera, se encuentra con que los dos amigos que lo acompañaban estaban por ser trasladados a la comisaría del menor, ya que tienen 17 años. Con el consentimiento de las autoridades judiciales logra que no los trasladen. “De la que se salvaron, hijos de puta”, les dijeron los policías a los chicos cuando tuvieron que bajarlos del patrullero.
“El jueves y luego el viernes, cuando le piden a la policía que vaya hacia la Legislatura donde estaban protestando los docentes, la mayoría de los convocados presentaron partes de enfermo”, comentó a Página/12 el ex integrante de la policía, dejando en claro el malestar dentro de la fuerza. “Si no hubo acuartelamiento fue por la intervención de (Miguel Angel) Ubieta”, concluye. Ubieta es un ex jefe policial de tiempos de Adolfo Rodríguez Saá. Se le reconocen tanto sus vínculos con el ex presidente, como cierta ascendencia dentro de la fuerza.
También comenta que los policías hoy no se sienten defendidos por el actual jefe policial. A la par de esto, los uniformados se sienten molestos por el denominado Plan de Seguridad Comunitario implementado por el actual gobernador. Una de las medidas de este plan fue convocar a unos 3 mil beneficiarios del Plan de Inclusión Social, para que durante turnosque incluyen las 24 horas recorran las calles con una linterna y un celular en mano.